martes. 23.04.2024

Por Domingo Curbelo Fernández

Debemos erradicar, de una vez por todas, ciertos comportamientos que practican algunos personajes que ostentan puestos de responsabilidad Pública. Digo “DEBEMOS”, puesto que los ciudadanos también somos culpables, al permitirles, sumisos y serviles, que cualquier petimetre nos reciba con aires de perdonavidas, ¡o no nos reciba!, que es más grave, poniéndonos toda clase de impedimentos para resolver problemas graves que requieren soluciones urgentes. Dan la impresión de que están por encima del bien y del mal, siendo nosotros los súbditos y ellos las “majestades” llegadas de otras galaxias, con plenos poderes para aplastar nuestros derechos.

En cualquier país de este maltratado Planeta suelen aparecer de vez en cuando estos atípicos especimenes, pero los tienen perfectamente controlados para evitar el contagio al resto de los ciudadanos. En una sociedad que quiere, por lo menos aparentar, estar a la altura de cualquier pueblo desarrollado, no puede permitirse el lujo de que estos comediantes de feria dirijan una parcela, por muy pequeña que ésta sea, de cualquier entidad pública.

No pedimos supercerebros, sólo personas de buena voluntad con ganas de trabajar por el bien público, que estén dispuestas, en todo momento, a ayudar y a apoyar cualquier sugerencia del ciudadano corriente y moliente, (que también paga impuestos y sufre las depresiones económicas, en mayor profundidad que los artífices y practicantes de las NO SOLUCIONES), el cual, en muchas ocasiones, tal vez en las más, y libre de ataduras partidistas, ve más diáfanamente las soluciones prácticas a los infinitos problemas que nos agobian.

Para todos estos “supermanes engolados” de sangre fría y estómago caliente, que rechazan sistemáticamente, por capricho y por desprecio, las sugerencias de los administrados, vaya mi más caluroso aplauso, exactamente igual que el que brindo a los humoristas y CLOWN de circo o a aquellos inefables FOFITOS de T.V.E..

Malos modos antidemocráticos demuestran muchos de estos personajes de la parcela pública. Malos modos y canallesco proceder, cuando cualquier “pelagatos” del TRES AL CUARTO, por el solo hecho de haber obtenido una poltrona más o menos mullida, valiéndose, en algunas ocasiones, de inconfesables y falsos argumentos, o veladas amenazas, expresadas por sus peones de turno, se niegan a recibir a un ciudadano, y por ende contribuyente, el cual de buena fe y con un sentido más práctico de la problemática de esta tierra, desea expresar su particular visión y ofrecer posibles soluciones a nuestros más preocupantes y lacerantes problemas, sin obtener nada a cambio y con el expreso sentir de un deber cotidiano.

Para terminar, y como la indignación me inflama la “vena” del humor (o mal humor, según se mire), quiero cerrar el telón con unos “ripios” de mi cosecha, mal medidos, peor construidos, pero con la verdad puesta en ellos, tal como yo entiendo ha de proceder un administrador público:

Aquel que ha sido elegido

para el pueblo representar,

ha de tener buen sentido

en el arte de gobernar.

Ser honesto, jamás temido

por quienes le han elegido

tras el voto popular;

más, ha de ser advertido.

Los mismos que le han subido

a tan alto pedestal...

también lo pueden bajar

y dejarlo en el olvido.

Que en política, es sabido

que los que ahora están...

mañana ya no estarán,

puesto que, el no haber cumplido con todo lo prometido

factura le han de pasar;

y es que algunos se han creído

que es de mayor prioridad

la obediencia a su partido

que el interés general.

Hay que cumplir las promesas

que al pueblo le han ofrecido,

no aquello que le interesa

a los distintos partidos.

La prepotencia de ciertos administradores públicos
Comentarios