viernes. 19.04.2024

Por J. Lavín Alonso

Notarán que para el encabezado de esta carta me he inspirado en un título del espía y novelista inglés John le Carré: “El espía que surgió del frío”, novela cuya trama se desenvuelve en la sórdida atmósfera de los servicios secretos occidentales y soviéticos, en plena efervescencia de la Guerra fría. Aunque Finlandia es un país de veranos tibios y apacibles, de grandes y hermosos bosques así como de innumerables lagos de límpidas aguas - no es vano se la conoce como el “País de los mil lagos”, las gentes del sur tendemos a relacionarla con paisajes brumosos, con extensos páramos nevados, batidos por la lluvia y el viento. Y a veces resulta ser así, sobre todo en sus interminables inviernos. Pero en este caso no es Alec Leamas quien se enfrenta a un oscuro complot en la Alemania del Este, y la metáfora solo tiene una aplicación política.

Hace pocos días, los ministros de Interior y Justicia de la UE se reunieron en la ciudad finesa de Tampere para hablar, entre otros temas, del creciente problema de la inmigración. Llegados a este punto, los representantes españoles tuvieron que oír duras críticas por parte de Alemania, Francia y Holanda para con la política inmigratoria española y la forma en que el gobierno esta encarando este problema, de dimensiones crecientes y mas que alarmantes. Salieron a relucir en Tampere las peculiares sinergias europeas, sobre todo en lo que respecta a sus posturas de preeminencia y carencia de sensibilidad hacia un problema que les resulta un tanto distinto y distante, si no en lo tocante a inmigración de sus antiguas colonias, si en lo relacionado con la que nuestras islas y la Península están soportando, y para mas inri, sin la menor relación histórica ni política con los respectivos países de origen.

En todo caso, con críticas de pasillo de la regularización o sin ellas, el resultado ha sido que de ayudas económicas para enfrentar el delicado y costosísimo problema de la inmigración ilegal, rien de rien. Sin el menor atisbo del buenismo que afecta a algunos de nuestro políticos y a parte de la opinión pública, pero si con grandes dosis de civilizado pragmatismo, en Tampere le han dado jaque a la política de inmigración desarrollada hasta ahora por nuestro gobierno. “España no se va a hundir porque lleguen 25.000 emigrantes a Canarias” llegó a proferir el representante alemán para temas del Interior, expresando así su insolidaridad y su clara postura de desmarcarse del problema. Otra cosa muy distinta son las valoraciones hechas por quienes acudieron allí a por lana y salieron trasquilados. En resumen, que de Tampere lo único que nos ha llegado ha sido una negativa. La negativa que surgió del frío.

La negativa que surgió del frío
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