jueves. 28.03.2024

El Día de Todos los Santos amaneció en Lanzarote con un tiempo lluvioso que acompañó a los cientos de personas que acudieron desde primera hora de la mañana a los cementerios de la Isla.

Como cada uno de noviembre los que han enterrado a algún familiar o allegado recuerdan en este día la memoria de sus difuntos, una tradición que llena cada año de flores los cementerios, que en pocas ocasiones están tan concurridos.

En una sociedad que se aleja cada vez más de las tradiciones religiosas, el Día de Todos los Santos sigue siendo una de las pocas fechas en las que aún se mantiene una costumbre que se celebra de diferente forma según el país, pero que en España tiene un fuerte vínculo con el homenaje a la memoria de los muertos, aunque realmente el uno de noviembre la Iglesia Católica estipula que se festeja el recuerdo al santoral.

Historia de la festividad del 1 y 2 de noviembre

Con la festividad de Todos los Santos se pretende recordar de manera especial a esos Santos a los que el mundo Católico guarda devoción. Sin embargo, en los orígenes de estas celebraciones, relacionadas con la fiesta de Halloween en los países anglosajones, hallamos una mezcla de paganismo y cristianismo.

Entre los celtas existía la celebración llamada "Samhain", que tenía lugar al final de la mitad estival del año, pues los celtas dividían el año en dos partes, verano e invierno. Esta celebración cerraba la época de la cosechas y acababa con la fiesta de los muertos, inicio del año nuevo celta. Se dice que los espíritus de los muertos regresaban en esa fecha para visitar sus antiguos hogares.

Tras la invasión de las Islas Británicas por los romanos esta festividad de los druidas fue adoptada por los invasores, que contribuyeron a propagarla por el resto del mundo. La palabra "Halloween" procede de una contracción de All HallowsŽ Eve, o Víspera de Todos los Santos (1 de noviembre), que es el día en el que la Iglesia Católica honra a todos los santos.

Desde el siglo IV la Iglesia de Siria consagraba un día a festejar a todos los mártires. Tres siglos más tarde el Papa Bonifacio IV transformó un panteón romano en un templo cristiano y lo dedicó a "Todos los Santos". La fiesta en honor de Todos los Santos se celebraba inicialmente en mayo, pero el Papa Gregorio III cambió la fecha al 1 de noviembre.

Por otro lado, en el año 998, San Odilón, abad del Monasterio de Cluny, en el sur de Francia, añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada Fiesta de los "Fieles Difuntos".

La tradición en España

Estas fechas se celebran en España con unas características especiales. Durante los días que las preceden los familiares de los difuntos realizan frecuentes visitas a los cementerios con objeto de limpiar a fondo las losas de las sepulturas de sus allegados y adornarlas con todo tipo de flores, entre las que destacan los crisantemos.

La visita a los cementerios se realiza el 1 de noviembre. Si el óbito se ha producido recientemente, la estancia de los familiares en el camposanto será más larga, su número será mayor y las oraciones dedicadas a los muertos más prolongadas.

En una nota menos macabra y más gastronómica conviene señalar que es habitual consumir ciertos dulces característicos de esta época del año: huesos de santo y buñuelos de viento. Los primeros se confeccionan a base de mazapán en la parte externa y están rellenos de crema, chocolate, yema, boniato, etc. Los buñuelos son frituras confeccionadas a base de aceite de oliva y harina que tienen forma de bola y están rellenos de crema.

Nuevos ritos

Pero las tradiciones también tienen que adaptarse a los nuevos tiempos y las modas funerarias también están obligando a doblegarse a las costumbres. La incineración se está convirtiendo en una práctica cada vez más utilizada en los ritos funerarios, que eliminan el nicho en el cementerio para sustituirlos por las urnas y cofres.

Los rituales que se organizan alrededor de las incineraciones son muy variados y van desde actos en la más absoluta intimidad, hasta los más públicos para cumplir con la última voluntad del difunto.

Lo que está claro es que es una práctica que cada vez se extiende más. Datos como los del cementerio de Santa Lastenia en Santa Cruz de Tenerife lo confirman, con más solicitudes de incineraciones que enterramientos. De los 1.327 servicios atendidos en el principal cementerio de Santa Cruz desde enero a julio de 2003, en 698 casos se han utilizado hornos crematorios. Comparando con los datos del mismo período de 2002, se detecta un incremento en la demanda del 17%, lo que confirma un cambio de mentalidad.

La lluvia no impide que cientos de personas se acerquen a los cementerios de la Isla en...
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