sábado. 20.04.2024

1.- Los elefantes son unos animales pacíficos, nobles, a veces cautivos en los circos y en los establos de los sultanes, y a los que depredan los furtivos en el África inculta, mutilándolos salvajemente para robarle sus valiosos colmillos. Lo hacen en presencia de sus crías, que quedan desvalidas. No los exterminan para que el pueblo coma, porque la carne de elefante no es buena para el consumo humano, sino por el placer de matar. El rey de España se ha apuntado a los depredadores, aunque no con la saña del machete y la oscuridad del furtivo, sino en una cacería organizada, tirando con balas de rifle a un inocente y confiado animal que no se va a defender. Bonito ejemplo real. La foto que ayer publicaron todos los periódicos del mundo del monarca sonriendo, satisfecho, con su rifle, mientras un paquidermo se empotra contra un árbol, agonizante, con los ojos abiertos, es patética. Terrible. Indigna de un jefe de Estado. Con la que está cayendo, el rey no puede gastarse 45.000 euros en una cacería porque con ese dinero comen cien familias un mes. Y no hay derecho. Y si le han invitado, que no vaya; y que le pida a su anfitrión que envíe el dinero a Cáritas.

2.- Me ha decepcionado el jefe del Estado. Decían ayer los tertulianos que el rey Juan Carlos había dado el callo cuando el 23 F. y que debemos estarle agradecidos. Cuando el 23 F. el rey cumplió con su trabajo. Para eso le pagamos entre todos. Y, además, no va a estar toda la vida viviendo de lo que hizo aquella noche. Parece claro que esta familia no está tocada por la buena suerte. Obviemos sucesos lejanos y refirámonos a los más actuales. Un yerno, presunto sinvergüenza; un nieto que se dispara en un pie; un rey que se parte la cadera; una reina que está en Atenas y ni siquiera coge un avión para venir a ver a su marido, operado de urgencia; y la foto del elefante muerto. Coño, es demasiado. No se extrañen que se vuelva a editar en estos días el famoso debate: ¿república o monarquía?

3.- La foto del elefante muerto no es actual, según cuentan, sino de 2008. Aparece en la web de una empresa especializada en organizar cacerías, Rann Safaris. Pero el monarca se fue el pasado jueves a Botswana a cazar uno de estos inocentes animales que pastan, tan tranquilos, en la selva de aquel país para que llegue un rey con escopeta y los mate. Oiga, esto parece cosa de la Edad Media, no del siglo XXI. Y a la Casa Real, decirle que los españoles, que somos los que le pagamos el sueldo a don Juan Carlos y los que mantenemos los caprichos de la familia, queremos saberlo todo de ellos. Queremos saber en todo momento dónde está el monarca. Y, si no, ya saben. Hay una bonita manera de que cada uno haga lo que le da la gana: renunciar y ponerse a trabajar en la empresa privada. Si es que saben.

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La foto del elefante muerto
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