sábado. 20.04.2024

Los descuentos duros no logran sortear la crisis durante los primeros días de rebajas en Lanzarote. Han comenzado las rebajas de verano y, aunque los hay que ven en ésta la oportunidad perfecta para hacerse con aquello que necesitan por un precio más asequible, en las calles de Arrecife se ven más personas que bolsas. Con el agua al cuello, la cuesta de enero viene repitiéndose desde entonces cada mes y son muchos los que este año “pasan de rebajas” y prueban a quedarse en el lado de la contención y el ahorro para, por ejemplo, poder asumir la cesta de la compra.

Atrás quedó la imagen de las interminables colas a las puertas de las tiendas. Cientos de personas esperaban hace unos años que las tiendas abrieran sus puertas para comprar `chollos'. Hoy, los establecimientos del centro de la capital de Lanzarote están tan sólo a medio gas a pesar de las grandes ofertas con las que han comenzado la temporada de rebajas y la frase más repetida entre propietarios y encargados es “esto ya no es lo que era, ni con las rebajas vamos a levantar cabeza”. Así lo ha expresado Ramón García, responsable de una tienda textil en Arrecife y testigo de cómo “la cosa va de mal en peor, las rebajas de enero ya fueron una decepción y ni siquiera espero mucho más para éstas”.

Más gente que bolsas

Para algunos establecimientos las rebajas suponen casi el 27% de las ventas totales. Según los comerciantes, el negocio está en que permiten liquidar la mercancía que no se ha vendido durante la temporada e invertir ese dinero en renovar los productos. Pero la realidad es que “la cosa está mucho peor que el año pasado, nosotros incluso hemos contado con casi la mitad de personal porque ya lo veíamos venir después de ver cómo ha ido la cosa durante las pasadas rebajas”, según ha explicado Carmen, la encargada de una tienda céntrica de modas.

“Acabamos de empezar y hay mucha gente que prefiere esperar porque los descuentos serán mejores en unos días, pero si es cierto que la cosa está bastante floja y la gente se está conteniendo”, apuntó Daida, que trabaja en una zapatería de Arrecife. En general, el centro de la capital está lleno de gente pero no se ven muchas bolsas. “Yo he comprado bastantes cosas que necesitaba porque hay muy buenas ofertas pero la crisis se nota y me he tenido que frenar”, ha aseverado un vecino de la ciudad.

Emilio Ferrer, empresario de la zona en representación de “Almacenes Ferrer”, entiende que “las rebajas cada año están funcionando peor”. Según ha sostenido, “van a comprar los primeros días y algo y esperan que se hagan grandes descuentos, que es cuando la gente compra, pero las rebajas ya no son como antes, ni mucho menos”. Para él, “todo es una consecuencia de la crisis y de que los armarios están llenos de ropa”. “Ya no es como antes, que la gente llenaba los armarios, venía y cargaba, eso ya pasó a la historia hace bastante tiempo”, ha matizado.

Los pequeños se resienten

En el pulso entre el consumismo, la necesidad y los bolsillos vacíos, los comercios familiares o más pequeños de la Isla son los más perjudicados, los verdaderos testigos de que la “cosa está muy floja”. Carmen Pérez, propietaria de una boutique en la Calle José Antonio y que se encontraba en la mañana del pasado martes sola en su tienda, ha expresado que “estoy asustada porque mira, no está entrando nadie ni a mirar”. Y ha añadido que “menos mal que las rebajas se han adelantado porque ni me quiero imaginar el panorama si hubieran sido a final de mes”.

Las franquicias y grandes cadenas como Zara o Mango están gozando de más suerte. La encargada de una cadena de lencería francesa del centro de la ciudad ha asegurado que “estamos moviendo mucha mercancía pero también es cierto que hemos apostado fuerte con rebajas de un 50%”. Al igual que ésta, otras importantes cadenas y franquicias que trabajan en Lanzarote están sorteando el bache de la crisis aunque prácticamente todas reconocen que “ésto, ni de lejos es lo que era”.

La crisis le pone la zancadilla a las rebajas de verano
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