Hasta ayer mismo no jactábamos de que España era una de las economías más boyantes y prosperas de Europa y del planeta, cuando en realidad vivíamos adormecidos en un sueño de una burbuja inflada por un sistema económico neoliberal que al primer roce con la punta de la flecha de los indicadores económicos explosionamos y aterrizamos bruscamente de bruces.
Lanzarote no fue la excepción a la norma en este sentido, la apuesta por un enriquecimiento rápido y a toda costa y nunca mejor dicho, de unos pocos “poderosos” que hoy los vemos desfilar por la pasarela de las Cortes de Judiciales de la isla, dejan algo que ahora se denomina “daños colaterales”, personas que Galeano denominaba Los Nadies.
Aquí cerquita, no muy distante de una urbanización donde el valor de algunas viviendas no baja de los 600.000 mil euros (unos 100 millones de pesetas), una familia sobrevive en una marginación social absoluta sin la mínima preocupación de los servicios sociales del municipio, a pesar de conocer la situación de esta familia (condición social, lugar de ubicación y teléfono de contacto).
Es posible que muchos de nosotros no queramos ver la realidad y lo que pasa en el patio de nuestra casa, más cuando lo que pasa tiene rostro de pobreza.
Con esta realidad contrastable, resulta paradójico que el Ayuntamiento de Arrecife se preocupe más en entregar 59.000 euros de subvención a los “Campos de Lanzarote” sin preocuparse en que condición viven algunas familias en esto campos.