La alcaldesa de Arrecife, María Isabel Déniz, aprobó el pasado 6 de junio de manera provisional el Plan Especial del Puerto de Arrecife (PEPA).
La primera edil basó su decreto en un informe realizado recientemente por la Oficina Técnica del Ayuntamiento, después de que días atrás la Autoridad Portuaria de Las Palmas (APLP) remitiera al Consistorio local, a través de otro informe, la respuesta a las alegaciones presentadas durante el período de exposición pública por parte de 21 agentes (tanto partidos políticos, colectivos sindicales y diversas organizaciones sociales así como por propios particulares).
Entre las pocas propuestas aceptadas por la Autoridad Portuaria, que remitiño su contestación después de quedar fallado el concurso de ideas Puerto-Ciudad Arrecife, la propia alcaldesa destacó la disminución del relleno del muelle comercial, en un 25 por ciento, para que éste sea operativo.
En la aprobación provisional del PEPA, el decreto incide en el “nuevo diseño del muelle de cruceros (contradique sur), mejorando la maniobrabilidad y operatividad en la dársena interior y, en consonancia, adaptación del dique de abrigo en Los Mármoles”.
El ente estatal considera, según el decreto de Alcaldía, que hay que reducir “los rellenos propuestos entre el Charco de San Ginés y la dársena de Naos hasta el límite imprescindible para la intervención Puerto-Ciudad” (...) y sustituir “la bocana de entrada al muelle deportivo situada al sur de la dársena de Naos por una conexión de aguas entre el interior de la dársena y el mar”.
Según el informe de la APLP, son necesarias “infraestructuras para soportar la construcción de un muelle deportivo en el extremo norte de la dársena de Naos”, a lo que se unirá la “reducción de los rellenos en la terminal de contenedores”, lo que contribuirá a aumentar así “la distancia inicial con respecto al Castillo de San José”. Además, el informe recomienda “la limitación del atraque de barcos mercantes y de la operativa de carga y descargo al lado naciente” de la terminal de contenedores.
Pasos a seguir
Según explicó la propia Déniz, los próximos pasos a seguir se basarán en la petición de informes a las distintas administraciones competentes, entre ellas el Cabildo de Lanzarote y el Gobierno de Canarias. Finalmente, la aprobación definitiva tendrá que ser elevada, necesariamente, al Pleno del Ayuntamiento capitalino.
Desafectación entre islotes
Una de las alegaciones en que todos y cada uno de los proponentes coincidieron, aunque finalmente resultó rechazada por la Autoridad Portuaria, se basaba en la necesidad de desafectar la zona comprendida entre el Islote del Amor o La Fermina y el Islote del Francés, límite hasta el que alcanzan las competencias del ente portuario. Al respecto, representantes de la oposición insistieron ayer en que es más que necesario convocar un Pleno extraordinario en tal sentido.
Al hilo de esta solicitud, la propia alcaldesa destacó que el tema de la desafectación es un asunto que requiere un planteamiento distinto, y en el que se seguirá avanzando pues todas las partes que plantearon alegaciones apostaron por ello. “Nos pondremos en contacto con Costas Y Puertos para estudiar la desafectación”, explicó María Isabel Déniz, que aseguró que la aprobación provisional del PEPA no requerirá ni mucho menos modificación alguna del Plan de Utilización de los Espacios Portuarios de Arrecife (PUPA), refrendado en enero de 2004.
Tal afirmación de la alcaldesa contradice sin embargo el parecer de la Autoridad Portuaria, que asegura que el PUPA se debería modificar en caso de proceder a la desafectación.
Objetivos del PEPA
El objetivo principal del Plan Especial, de acuerdo con la problemática detectada y las potencialidades estimadas, es, por un lado, dotar a la zona de servicios de una ordenación que optimice la eficacia funcional de las operaciones portuarias, lo que implica: accesos capaces y una estructura viaria interna eficiente, suelo ordenado suficiente para cubrir las demandas a medio plazo y posibilitar su solución a largo plazo, adecuada distribución de actividades y funciones y flexibilidad normativa que permita la adaptación del marco físico a las cambiantes demandas asociadas al tráfico marítimo.
Y por otro, lograr la máxima integración Puerto- Ciudad para: aumentar las posibilidades de uso ciudadano del espacio litoral portuario, potenciar la máxima integración urbana de las instalaciones para la escala de cruceros, establecer una normativa que minimice el impacto paisajístico de los edificios e instalaciones portuarios y revitalizar la fachada marítima de Arrecife, dentro de la zona de servicio, creando un centro de recepción de visitantes, con equipamientos culturales y servicios de información adecuados, con establecimientos comerciales y de ocio adecuados.
