sábado. 20.04.2024

AGENCIAS

El dispositivo de la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) en Canarias, diseñado para controlar la llegada masiva de cayucos a las islas, comenzará definitivamente mañana, aunque, en principio, sin poder patrullar en aguas de Senegal, al no haberse alcanzado todavía un acuerdo con ese país.

En una entrevista , el comandante del servicio de Costas y Fronteras de la Guardia Civil Eduardo Lobo, coordinador español del proyecto, explicó que la operación comenzará en Mauritania y Cabo Verde y confió en que se llegue a un acuerdo con Senegal a lo largo de las siete o nueve semanas que dure el dispositivo.

Mientras, los efectivos italianos que iban a patrullar esas aguas -un barco de la guardia costera y un avión de la guardia de finanza- "se quedarán en Canarias", apuntó Lobo, que se incorpora mañana al centro de coordinación instalado en Tenerife.

Junto a Italia, Portugal participa con una corbeta de la Armada (que patrullará las aguas de Cabo Verde), Finlandia aporta un avión de su guardia costera y España, la patrullera "Río Duero" y el buque "Petrel", que trabajan ya desde hace casi tres meses en Mauritania.

Según explicó Lobo, el principal objetivo del dispositivo, el primero en el que participa Frontex, es "el efecto disuasorio, que la gente vea que hay medios europeos vigilando y que no salga".

Si aún así deciden hacerse a la mar, añadió, la misión es detectarlos en aguas del país ribereño africano, "que con el acuerdo previo alcanzado con nosotros tiene el deber y el compromiso" de aceptar el cayuco y los inmigrantes.

Pasadas las aguas territoriales de esos países africanos, se entra en aguas internacionales que son zona de responsabilidad española, por lo que los cayucos interceptados allí, no aceptados por los países africanos, tendrían que ser trasladados a Canarias.

De ahí la importancia de poder patrullar o no en aguas de Senegal.

Para Lobo, el dispositivo "no va a bloquear al cien por cien la llegada de cayucos, pero sí hará que disminuyan de forma considerable los flujos", si al efecto disuasorio se une el acuerdo con Senegal, que debería entonces asumir a los cayucos detectados, y las autoridades de ese país "ponen un poco más de interés, que es lo que ha pasado en Mauritania".

Las salidas masivas de cayucos desde Mauritania comenzaron al aumentar los controles en las costas marroquíes y el desplazamiento de los flujos hacia Senegal es consecuencia, según Lobo, de los esfuerzos que realizan las autoridades mauritanas y de las patrullas españolas.

"Si antes campaban libremente, embarcaban sin problemas en el puerto de Nuabidú -la ciudad más al norte de Mauritania- y salían directamente hacia aquí, no cabe duda de que el hecho de que haya una patrullera española que les esté controlando, que ve de día y de noche, les ha hecho cambiar de modus operandi", apuntó.

Según explicó, ahora muchos salen en pequeños cayucos, como si fueran a pescar y se van reagrupando a ocho o diez millas de la costa, donde les espera un cayuco más grande para viajar hasta Canarias.

Muchos también han comenzado a partir directamente desde Senegal -desde San Luis (en la frontera con Mauritania) en incluso desde Dakar-, pero Lobo se mostró convencido de que no bajarán más al sur, ya que, "aunque son barcos que aguantan todo tipo de mar, físicamente es imposible".

"Desde Nuabidú (la ciudad más al norte de Mauritania) hasta Canarias hay 450 millas y un cayuco necesita unos 1.300 litros de gasolina, que son unas 40 o 50 petacas; la frontera sur de Senegal se encuentra a entre 800 y 900 millas, por lo que no tendrían espacio en el cayuco para meter todas las garrafas necesarias para el viaje y tendrían que tocar algún otro punto de costa", explicó.

Lobo rechazó la existencia de "barcos nodriza", grandes embarcaciones que remolquen a los cayucos para acercarlos a las costas canarias, y como prueba destacó el estado en el que los inmigrantes llegan ahora a las costas, "cada vez más cansados y en peores condiciones físicas" que cuando salían de Nuabidú.

El centro de coordinación del Frontex en Tenerife, en el que la Guardia Civil ha comenzado hoy a trabajar, se encargará de recibir la información transmitida por los barcos y los aviones desplegados en la zona para estudiar si es o no necesario modificar las misiones.

La previsión es que, con el presupuesto de tres millones de euros de Frontex, el dispositivo permanezca un máximo de nueve semanas, aunque "si vemos que esto merece la pena, ya veremos la manera de continuar", explicó Lobo, quien avanzó que, por el momento, el próximo 18 de agosto se prorrogan por otros tres meses las patrullas conjuntas que funcionan en Mauritania.

La Operación Frontex comienza mañana
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