jueves. 18.04.2024

Fotos: Jose Curbelo

Las primeras elecciones democráticas de España, hechas realidad el 15 de junio de 1977, se conmemoran este viernes en todo el país y Lanzarote en este sentido no podía ser una excepción. Políticos y ciudadanos de a pie de mayor edad recordaron este jueves a Crónicas como la Isla acudió en masa a depositar su voto en las urnas en el ya conocido como 15-J. Aseguraron que se trató de momentos de “ilusión” no exentos de cierta “incertidumbre” ante el futuro. Otros, sin embargo, aclararon que se encontraban desencantados y que el pluripartidismo no les ha supuesto una mejora en sus cada día peores condiciones de vida, eso sí, quisieron dejar constancia de que no volverían atrás jamás.

Tras la muerte del dictador Francisco Franco en noviembre de 1975, España se dirige hacia una Democracia, un sistema que ya había sido instaurado en otros países y que el ambiente oscurantista que propició el dictador ya se habría encargado de desprestigiar entre la población, de hecho, muchos desconocían que existiese otra alternativa.

En septiembre de 1976, el Gobierno de Adolfo Suárez -político de la confianza del Rey Juan Carlos I y que a juicio de algunos entendidos representaba los nuevos valores que se pretendían “vender” como juventud, dinamismo, frescura y atractivo -aprueba su proyecto de reforma política que habrá de preparar las primeras elecciones a Cortes. Dos meses después, la Ley de Reforma Política conseguiría obtener el apoyo mayoritario de los españoles por la vía del referéndum, con el respaldo del 94,2% de los electores.

Como recoge “Antehistoria” de la Junta de Castilla y León en su edición digital, aprobada la ley en febrero de 1977 desaparecen las principales restricciones para la legalización de los partidos políticos. Todos, excepto el PCE, que lo hará más tarde, pasan a la legalidad. (...) Los mítines de las formaciones políticas comenzaron a poblar el paisaje de las ciudades.

En ellos, miles de españoles escucharon un nuevo discurso político y pudieron conocer de primera mano las opiniones de sus líderes. Diecinueve meses después de la muerte del dictador Francisco Franco, unos 35 millones de votantes acudían a las urnas. El resultado dio como vencedor a la UCD de Suárez, que logra 165 diputados al Congreso. Le siguieron el PSOE de Felipe González, con 118; el PCE de Carrillo, con 20; y la Alianza Popular de Fraga, con 16, además de otros partidos.

“Ilusión” ante el cambio

Ramón Pérez, concejal de Arrecife en 1977 por la UCD, recuerda que en la Isla se esperaba la llegada de las primeras elecciones “con la ilusión y perspectiva del cambio”. Según explicó “la gente estaba deseosa de que resolviesen las cosas bien dentro de lo lógico y de la normalidad”. Pérez rememoró como la UCD ganó los comicios en Lanzarote “por mayoría en el Cabildo, Arrecife y la mayor parte de las corporaciones de la Isla”. En este sentido explica como el presidente del Cabildo fue Antonio Lorenzo, la alcaldía de Arrecife la ostentó Antonio Cabrera y el primer sillón de Tías fue a parar a Juan Calero Rodríguez, al que considera un hombre “serio y muy honorable”.

Expone como en esta época hubo gran cantidad de mítines en todos los barrios y abundante cartelería. Los discursos se llevaban a cabo en garajes o en cualquier lugar y la gente se enteraba fundamentalmente por el boca a boca de cuándo y dónde los candidatos iban a llevar a cabo un discurso. Recuerda que la mujer comenzó a participar en política e hizo alusión a una vecina de Guatiza a la que llamaban “Cela”.

El programa de las elecciones se basaba en reunir 20 propuestas de los vecinos que los mismos ciudadanos trasladaban al candidato y una de las promesas más populares era la relacionada con la bajada de impuestos. Como dato anecdótico, el referente al recuento de los votos. La inexistencia de experiencia por parte de los responsables del recuento propició que los resultados se conociesen a las 15.00 horas de la tarde del día siguiente.

Pérez no quiere ni oír hablar de regresar a la época anterior a 1977, con un partido único como única opción y aquellos Tercio Familiar, el Tercio Sindical y el Tercio de Entidades donde el Tercio de Familia lo decidían las asociaciones de cabeza de familia, el Tercio Sindical los propios sindicatos y el Tercio de Entidades los comerciantes y diversas instituciones. Para estas “elecciones” del tardofranquismo que obligatoriamente se convocaban entre semana los que tenían previsto apoyar a uno de estos candidatos a dedo tenía cuatro horas para ir a votar y no olvidar entregar el justificante en la empresa.

Momentos de “intensidad”

El concejal de Alternativa Ciudadana en Arrecife Andrés Barreto asegura que vivió con intensidad este momento ya que tuvo la oportunidad de presentarse con un proyecto político. “En aquella ocasión estamos hablando de rupturas, de una democracia impuesta y de muchas cuestiones”. Según explicó, la Transición tuvo su importancia pero no dejó de ser “un pacto entre los poderes a raíz del cambio que tuvo sus consecuencias”. Aclaró en este sentido que si bien es cierto que se empezó a ganar en libertades se quedaron en el camino “varias reivindicaciones de los ciudadanos en su día o de las fuerzas políticas organizadas en su momento”.No obstante, alega que “había mucha ilusión por cambiar” y aclara que hubo organizaciones políticas que plantearon el concepto del cambio como premisa electoral. “Lo que está claro es que se había pasado de una etapa muy dura donde efectivamente el poder popular no pintaba nada y se comienza a participar porque había ansias de libertad”, sostuvo para luego añadir que “en ese aspecto fue tremendamente positivo hasta que empezó a venir la desilusión, lo que suele ocurrir en las elecciones, por cuanto de las promesas a las realidades hay un trecho muy largo”.

Recordó que se presentaron en la Isla el PSOE, UCD, Alianza Popular, y al igual que Ramón Pérez, duda con respecto a si el presidente honorario del PIL, Dimas Martín, ya se encontraba por aquel entonces dentro del panorama político lanzaroteño pero con otras siglas, también recordó del embrión “muy bueno” para el Archipiélago canario el Pueblo Canario Unido que se presentó con resultados de votación bastante importantes.

En este sentido, Ramón Pérez recordó con anterioridad como el partido político independentista que lideraba Antonio Cubillo también obtuvo representación en la Isla.

En definitiva, se trató de una etapa que se vivió por parte de la población de la Isla con mucha ilusión en tanto en cuanto se desprendían de lastres impuestos como el poder de los curas, del ejército o la inexistencia de democracias pluripartidistas. Esta ilusión es la que llevaría a la ciudadanía de Lanzarote a votar en masa en los colegios, que por aquel entonces eran menos que ahora.

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