martes. 16.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- En los últimos días, con motivo de los fastos del Tete, presidente, jugadores y directivos del club se arremolinaron en torno a las instituciones. Y políticos de diversa índole se enfundan la camiseta del Club Deportivo y ponderan sus hazañas futbolísticas. Es normal; se trata de hambre de éxito. En ocasiones, los aficionados entienden estos gestos como falsos y, entonces, silban. Pero, protagonismos al margen, no se puede llamar gesto falso al de un hombre como Paulino Rivero , sin cuya decidida aportación -en su día- el Tete no hubiese podido estar donde está. Luego esos silbidos de la plaza del Cabildo fueron injustos, aunque el presidente no debería descender tantos escalones de la popularidad. Hay que mantener lo que se llama la dignidad del cargo, para evitar sobre todo baños masivos que pueden resultar molestos, dada la escasa calidad intelectual del público.

2.- Pero no voy a eso. Hace un mes, más o menos, el presidente de CajaCanarias, Álvaro Arvelo , sufrió unos ataques absolutamente injustos desde el Canal 4, propiedad de Miguel Concepción , presidente del Tenerife. Aunque estos ataques ruines y cobardes partieron de un desalmado que actúa en ese escenario, chocan ahora los abrazos de Concepción al presidente de la entidad. El Tenerife no es nada sin CajaCanarias, que le alarga plazos, le suaviza intereses, le aporta tranquilidad en el pago y le trata como lo que es: un club patrimonio de la isla. Pero no es bueno que, por un lado, Concepción se saque la foto con Arvelo y luego, en un programa deleznable, lo zahieran los suyos a modo.

3.- Como me pongo cada vez más viejo, a mí no me gustan los dobles juegos, ni las caras compuestas. Yo siempre digo lo que pienso y esto me ha traído no pocos problemas en mi vida, pero ya digo que soy demasiado viejo para cambiar. Me he alegrado mucho del ascenso del Tete; valoro el poder de convocatoria de la Televisión Autonómica, que ha organizado el recibimiento como si se hubiera acabado la Tercera Guerra Mundial; pero sería bueno que estos actos no fueran acaparados por los políticos y que el presidente del Tete, si abraza a Arvelo, lo respetara más. Me parece que esto sería lo justo y una norma elemental de buena conducta. Es que cada vez encuentro menos personas educadas en esta isla y eso me llena de tristeza.

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La Caja y el Tete
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