viernes. 29.03.2024

Fotos: Dory Hernández

La Audiencia Provincial de Las Palmas anuló este martes el procedimiento judicial que perseguía el desahucio de la familia Medina de su casa de Berrugo. Así lo contempla el partido político Isla Alternativa en su página web.

La lucha de esta familia por mantener intacto el único punto que aún no se ha transformado alrededor del Puerto Deportivo de Marina Rubicón, su casa, ha tenido recompensa.

El problema a finales de 2006 radicaba en que esta antigua propiedad de la familia Medina no contaba con escrituras, por lo que se dejó el asunto en manos de la justicia con el objetivo de demostrar que esta vivienda era de su propiedad y no de los dueños del Plan Parcial de la zona, que aseguraban haber incluido la casa como propia.

Según explicaba el presidente de El Guincho, Santiago Medina, a Crónicas, para comenzar el proceso judicial los demandantes debían ingresar como depósito 20 millones de las antiguas pesetas, 120.000 euros, una cantidad con la que no contaban.

Una cuestión económica

Aunque Santiago Medina estaba seguro de que la justicia iba a terminar poniéndose de su lado, luchó para que el juez disminuyese la cantidad solicitada como depósito.

Esta situación le resultaba a Medina totalmente inexplicable, ya que aunque el terreno y las casas son antiguas y no cuentan con escrituras, ha sido su familia la que ha vivido y pagado las contribuciones durante todos estos años. Por eso no entendía cómo los dueños del Plan Parcial incluyeron este terreno como parte de su propiedad.

Un trocito de la Playa del Berrugo

En medio de los hoteles, el lujo y los locales que se multiplican alrededor del Puerto Deportivo de Marina Rubicón, la pequeña casa de Medina les recuerda a los paseantes que bajo todo ese cemento se ubicó un día la Playa del Berrugo.

Lo recuerda ya no sólo porque la estructura de una casa típica de pescadores rompe con la cuidada estética que se fomenta en la zona, sino porque los dueños se han empeñado en hacer pública su lucha con los carteles que han colocado en su fachada. “Aquí había una playa”, reza una de las pancartas.

Si se trata de una lucha ecologista o de un conflicto de intereses personales es algo que se ha diluido en el tiempo y en la memoria de los que siguieron el tema. Fueron muchos los que apoyaron la lucha de El Guincho cuando protestaron por la destrucción de este enclave natural.

Desde que se conoció el proyecto que se había ideado para esta zona del litoral de Yaiza, comenzó una polémica en la que el grupo ecologista que lidera Medina jugó un papel importante entre sus detractores. Los motivos que en aquel momento se esgrimieron eran fundamentalmente ecologistas, y el apoyo de la gente y de los vecinos a esta causa los llevó a manifestarse públicamente.

Pero finalmente los propietarios de toda la zona vendieron sus terrenos para que alguna empresa hostelera o de recaudación derribasen sus casas y las convirtiese en lugares de ocio o en lagos, puentes, camas hoteleras, riachuelos, plazas, piscinas, tiendas, bulevares, y toda clase de lugares de esparcimiento para el turismo.

Los Medina aguantaron hasta el final con su empecinamiento y finalmente los propietarios del Plan Parcial decidieron seguir adelante con su proyecto y aislar a esta pequeña hilera de casitas en medio de un centro comercial, que se alza a su espalda, y el más glamoroso restaurante parisino.

Una mezcla explosiva de la que el 159 de la calle Camino a la Merina sólo ha sabido defenderse con unas banderas negras que permanecieron izadas en son de guerra y una interesante composición que ha convertido su fachada en una pregunta “¿¡!?”. Una barca situada en el maltrecho terreno anuncia a peatones y conductores que “por estar en esta playa me condenaron a muerte”.

La Audiencia Provincial anula el procedimiento judicial que perseguía el desahucio de...
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