Algunos sienten nostalgia del ayer reciente. No están de acuerdo en seguir “tocando” algún que otro Rock, no, quieren manosear y chupar del bote mientras deshacen música. Están estos chicos empeñados en mantener prebendas que incluso le han llevado al portico de algún que otro cadalso, es más, cualquier día de estos es probable que le den el “empujoncito” final para dar con sus huesos en alguna que otra celda. El roquero y Don Pape han hecho una piña con fines inconfesables que van saliendo a la luz pública lenta pero progresivamente. Nada puede ocultarse bajo el sol. Febo y los “febitos” son constantes y llegar a encontrar el alijo que los mantienen unidos, circunstancialmente, es cosa inmediata, como inmediata será el rompimiento cuando se intente repartir la repudiable tarta. Las prácticas de estos dos y dos suman dos más empieza a cabrear, así que, Don Pape -( por aquello de “papear” con desatino)- el famélico, teórico de la nada, no depone sus andares y deja de transitar por espinosos y devaluados caminos ahora en desuso que conducen a auténticos estercoleros.
Por cierto que nos han dicho que a Don Gerar le están haciendo el camastro que no el camasutra. Si así fuera pues ya saben a descansar en la paz de los justos. Piensan no pocos que la perpetuidad en los cargos son cargas penosas para las entidades y asociaciones que lo padecen aunque sean auténticas “bicocas” para los que lo disfrutan con avaricia.
Don Pape y Francisquito el hueso creen que sus poltronas son a perpetuidad o sease que les pertenece de por vida y está claro que cuando piensan y actúan en esta dirección no lo hacen por impulso de la ingestión de algún que otro vidrio, mejor, del contenido del vidrio. O sease bajo el efecto de una apurada tranca que no tranque ¿O también?
