miércoles. 24.04.2024

Nos estamos acostumbrando con demasiada frecuencia a tener que soportar el doble lenguaje de los socialistas, incluso el triple lenguaje. Son capaces de hacer hasta el cuádruple salto mortal a la hora de interpretar la realidad, especialmente en Lanzarote. De lo contrario no se explica la celebración de un congreso a la búlgara en el que salió elegido secretario general el político peor valorado de la Isla (nosotros también tenemos encuestas que lo ratifican, bastante más fiables que las del señor Espino sobre medios de comunicación), alguien que no se ruborizó al presentar su candidatura sin haber hecho campaña, que se emocionó incluso al salir elegido cuando sabía que había una buena parte del partido que no había acudido al congreso porque no se habían resuelto varias impugnaciones, entre ellas, recuérdenlo, la que el propio Espino y su gente interpusieron en Tías. ¿Cómo se puede celebrar un congreso que uno mismo ha impugnado? En fin, luego, con la verborrea, el verbo ágil y florido y el talante se justifica absolutamente todo. Se sacan unas toneladas de humo, se esparce bien y la gente se olvida. No pasa nada.

No la tenemos tomada con el PSOE. La tenemos tomada con esa panda que se ha hecho con las riendas de este histórico partido sin tener ni la más remota idea de lo que significa ser socialista. Gente como el señor Espino que lo primero que hace es dividir los medios de comunicación entre buenos y malos, que se atreve incluso a vetar medios, que teledirige la publicidad institucional hacia los lugares en los que le ríen las gracias y en los que él puede ejercer como el mayor manipulador del Reino. Un personaje que, como reza el rosario popular, hace los milagros a la inversa, convirtiendo el vino en agua y dividiendo los panes y los peces a la mitad, lo que ha hecho con el dinero de los Centros Turísticos.

Como bien saben, la semana pasada, en pleno fregado con el tema de Inalsa, este demócrata del carajo ordenó que el Cabildo emitiera una nota de prensa para anunciar que esta semana anunciaría a su vez cuándo convoca un encuentro del Consejo de Administración del Ente Público Empresarial Local que gestiona los Centros. En el comunicado se cuidó mucho de especificar que en la reunión sólo se iba a abordar el tema del canon, que iba a explicar, como ya hizo ante el Pleno del Cabildo, por qué no lo había pagado. Pues bien, estamos a jueves y todavía no hay noticias de la convocatoria, al menos que nosotros sepamos. Y, además, ahora resulta que esa convocatoria no vale porque por fin, ¡por fin!, todos los que no son PSOE y PIL se han puesto de acuerdo para exigir a este sujeto que entregue de una vez por todas las cuentas que con tanto celo guarda y oculta. Luego saldrá nuestra querida presidenta del desgobierno del Cabildo, Doña Manuela (o Mela) Armas, a hablarnos de participación, democracia, transparencia y sostenibilidad.... ¡Chiquita transparencia la suya! Por cierto, que estamos esperando todavía a que dé las explicaciones oportunas sobre su viaje a China. En su primera comparecencia tras regresar de ese costoso viaje dijo, muy enfadada y ufana ella, que haría un informe detallado sobre el viaje y sobre los gastos que generó, en el que contaría, eso sí, lo que “le diera la gana”. ¿Ustedes han visto el informe? Nosotros tampoco.

Volviendo a lo de Espino, no es ninguna noticia afirmar que este señor miente más que Pinocho. Han sido tantas las veces en las que se le ha cogido en un renuncio que sería imposible resumirlas en este comentario de hoy. Por ponerles un ejemplo muy gordo que enlaza con la actualidad, recordaremos simplemente la “gloriosa” entrevista que concedió al diario La Provincia en la que no es que dijera una mentira, es que no dijo una verdad. En aquella entrevista, fechada el 23 de noviembre de 2008, iniciaba su relato de mentiras asegurando, échenle guindas al pavo, que “las cuentas de los Centros son públicas, las tienen los sindicatos, todos los consejeros del Cabildo”... Eso lo dijo en noviembre sin ruborizarse, como dijo, acto seguido, que “aquí no se trata de saber a dónde ha ido ese dinero sino explicar que los Centros han requerido un importante esfuerzo...”. Imagino que no se referiría a un “importante esfuerzo gestor”, porque la gestión no puede ser más desastrosa. La entrevista en sí es un cachondeo total. Más adelante suelta otras perlas, como que “me parece que una empresa pública como la EPEL no debe ser noticia por sus problemas sino por el hecho de que esté prestando un servicio importante para Lanzarote” (¿servicio a quién, quién se está beneficiando, se está beneficiando Lanzarote en algo?), para rematar, con una frase gloriosa que pasará a los anales del disparate político local, con aquello de que “Los Centros Turísticos no deben ser objeto de batalla política en Lanzarote”.

Debemos recordar que en aquella entrevista de noviembre, donde insistimos que no dijo una sola verdad, metió una trola de órdago que le puede salir cara, la que tiene que ver con el presidente de Asolan, Francisco Armas, y el hecho de que, según dijo él, pidiera la licencia del hotel Meliá Volcán de Playa Blanca a las nueve de la mañana y se la dieran al mediodía.

Este es ni más ni menos el somero retrato de la persona que dirige y controla los destinos del Lanzarote del siglo XXI, el que mueve a su antojo a marionetas como Doña Manuela (o Mela), el que se ha hecho nada menos que con el poder orgánico del partido más votado en la Isla. Casi nada.

No, no la tenemos tomada con el PSOE. Al contrario. El PSOE nos merece un profundo respeto. No la panda de impresentables venidos en muchos casos del nacionalismo más radical que se han hecho con el control de las operaciones.

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