jueves. 18.04.2024

LAS CUENTAS DE COALICIÓN

El feo que han hecho a la gente de Asamblea Majorera en la celebración de sus 40 años de historia se va a sentir próximamente en CC. En Lanzarote la organización camina a lo suyo una vez que han superado la crisis que provocó el fallido intento de moción de censura. Oswaldo Betancort ha despejado el camino a Pedro San Ginés y ha evitado un lío al lanzar su primer compromiso electoral si repite como alcalde de Teguise. ¿Está todo decidido?

Coalición Canaria (CC) en Lanzarote comienza a funcionar como una organización autónoma. Al menos autónoma en lo que se refiere a la conexión con otros territorios donde no comparten ni sus inquietudes ni sus problemas. Ejemplo cercano lo tenemos en el pasado fin de semana, cuando nos cuentan que ningún representante oficial de la formación acudió al importante acto que se celebró en Tarajalejo para conmemorar los cuarenta años de historia de Asamblea Majorera (AM), uno de los partidos fundadores de la coalición de partidos. Y no fue nadie de Lanzarote como no fue nadie del Ejecutivo canario, al menos ni su presidente, Fernando Clavijo, ni su vicepresidente, Pablo Rodríguez, lo que ha generado un enorme mosqueo en los majoreros, que, como pasa con los lanzaroteños, empiezan también a pensar en eso de ir por libre. Que no venga luego nadie a tratar de imponer pactos en cascada. No nos extraña que Mario Cabrera dijera el viernes en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que se sentía más de AM que de CC. Después del sábado lo mismo ya piensa que ni pertenece a CC, y que va a dar orden de empezar a funcionar como hacen los herreños, con una Agrupación que esté con la coalición cuando interese y que vaya a lo suyo cuando interese también.

El caso de Lanzarote, insistimos, no es distinto. Aunque han tratado de echarles una mano en el asunto del Cabildo, en algunas ocasiones la organización insular no ha sentido el aliento que necesitaba. Las bofetadas del Partido Socialista (PSOE) han sido constantes, y hasta que no les ha pasado a ellos en el Gobierno autonómico no se han dado cuenta de lo que duelen. Ha sido algo parecido a lo que les pasaba a los representantes del Ayuntamiento de Arrecife que querían marcharse del insoportable pacto con el PSOE y a los que se sujetaba una y otra vez para que no se estropeara el acuerdo del Cabildo. Ahora la gente del Cabildo entiende por lo que han pasado los de la capital.

Por eso la organización está otra vez reorganizando las tropas. Una vez renovados los comités locales, una vez que vuelve la perdida presencia en los medios, una vez que algunos han entendido que no vale sólo con aparecer por el partido tres meses antes de que se celebren las elecciones, empiezan las cuentas. Y CC en Lanzarote, que puede presumir de tener perras (David de la Hoz dijo en su congreso insular que dejaba el partido con 50.000 euros en el banco), sabe de cuentas. Todo lo hace contando, como debe hacer una organización seria. Y para contar votos, apoyos, para tener presente el pulso de la gente, lo mejor es hacer encuestas. Y encuestas, como ya hemos adelantado en otras ocasiones, han hecho, y dinero se han gastado, y cuentas con los resultados han hecho y seguirán haciendo también.

Cuando se hacen encuestas, los partidos serios, los que no se quieren engañar, preguntan por todo tipo de escenarios posibles. Preguntan, porque quieren conocer la verdad, qué tipo de relación mantienen sus representantes con la ciudadanía, cómo les ven, cómo les evalúan. Es algo fundamental para hacer luego las listas.

Como también conoce todo el mundo, una de las principales dudas que tiene CC es saber quiénes van a ser sus cabezas de lista en las dos principales instituciones, Cabildo y Ayuntamiento de Arrecife. Si echaran mano de la lógica aritmética, la solución sería fácil: el actual alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, como cabeza de lista al Cabildo, y Pedro San Ginés como cabeza de lista al Ayuntamiento, ambos liderando además la lista al Parlamento. Eso es lo obvio. No decimos ni mucho menos que vaya a ser lo que finalmente sea. Es más, leyendo entre líneas, el pasado viernes Oswaldo Betancort anunció en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que va a repetir como aspirante a ocupar por tercera vez el sillón de alcalde de La Villa. Lanzó incluso una promesa electoral, llevar una nueva red de saneamiento a todo el municipio. ¿Quiere decir esto que Betancort ha renunciado a su evidente deseo de ser alguna vez presidente del Cabildo? No, quiere decir que una vez más se resigna al entender que no puede ganarle ningún pulso a Pedro San Ginés, que ya ha dicho por activa y por pasiva, a todos aquellos que se han atrevido a sugerírselo, que ni de broma va a liderar la lista al Consistorio capitalino. Es probable también que alguno de los asesores del alcalde de Teguise, que los tiene, le haya dicho eso de que todavía no es su momento. Y, si fueran sinceros dentro de la organización, saben que su momento era ahora. Dentro de seis años no se sabe qué puede pasar. Ahora casi todos saben que ésa y no otra sería la dupla perfecta, pero dos no duplean cuando uno no quiere.

Luego está la encuesta que se ha hecho en Tenerife. En esa encuesta, a la que gracias a medios amigos ha accedido este diario, la cosa cambia notablemente. CC no sólo no está a la baja sino que experimenta en los últimos meses un notable crecimiento en intención de voto, comenzando por el resurgir del propio Pedro San Ginés, al que está claro que entre todos han conseguido rescatar del indudable descenso al que se estaba enfrentando no tanto por los errores propios sino por el evidente desgaste del poder. Cuando termine su actual mandato habrá cubierto una etapa de diez años como presidente de la Primera Corporación insular. En esa encuesta se percibe cómo cambia la tendencia del voto por diferentes cuestiones. Es verdad que la muestra local no es muy amplia, pero lo suficiente para entender que los ciudadanos no alineados políticamente se dan cuenta de todo, o de casi todo.

¿Y cómo va a resolver CC este problema? Lo tiene complicado. Que Oswaldo Betancort se conforme con ser de nuevo candidato a la Alcaldía de Teguise y Pedro San Ginés lidere la plancha del Cabildo no resuelve ni el problema de Arrecife ni el que se puede plantear en otros municipios como Tías, San Bartolomé o Yaiza.

El problema de CC en el resto de las islas

Mientras la mayoría de las formaciones políticas del Archipiélago se estrujan la mente para ver de qué forma pueden crecer, en la gran coalición de partidos nacionalistas vuelve a surgir la duda de siempre. A día de hoy son incapaces de entender qué han vuelto a hacer mal para que la mayoría de las encuestas que se están realizando les den un descenso que en algunas islas es cierto que no es muy importante pero que en otras se plantea como auténtico descalabro. Sólo en dos islas, las del Eje Oriental, insistimos, llevan meses haciendo sonar los tambores de guerra y se están moviendo, en el caso de Lanzarote casi porque la situación obliga. El fallido intento del PSOE de deshacerse de los nacionalistas en el Cabildo insular no ha hecho otra cosa que despertar a un león que estaba echado en el campo. Ahora el león se despereza, se está dando una vuelta por sus dominios y amenaza con empezar a cazar, aunque algunos consideren que es un poco tarde.

El problema de CC no está precisamente en Lanzarote y Fuerteventura. Es allí donde podría surgir su peor pesadilla, pero no es en estas islas donde residen los males de una organización que no acaba de dar con la persona que sea capaz de convertir a la formación en lo que la mayoría con cabeza quiere, que no es otra cosa que un Partido Nacionalista Vasco (PNV) a la canaria. Es evidente que la visita que hicieron en su día Fernando Clavijo y José Miguel Barragán al Euskadi Buru Batzar, el órgano de gestión de los nacionalistas vascos, no sirvió de mucho, como no debieron servir de mucho los consejos del bueno de Andoni Ortuzar. Ni siquiera para rentabilizar el importantísimo voto de Ana Oramas en Madrid, puesto que su amigo/enemigo Pedro Quevedo, integrado inicialmente en las filas del Grupo Socialista, fue capaz de manejar mucho mejor los tiempos y de vender mucho mejor su gestión con Mariano Rajoy de lo que lo hicieron sus antiguos compañeros de partido.

Y ahí está el problema de CC, tiene poder, tiene dinero y tiene demasiados antiguos compañeros de partido a los que no son capaces de volver a atraer a un proyecto que se inició en una antigua iglesia de Betancuria bajo la idea de unir el desperdigado sentimiento nacionalista que había en todas y cada una de las islas. La idea, que fue sensacional, era juntar izquierdas con derechas y centro, insularismo con regionalismo. Y funcionó, hasta que dejó de funcionar por los personalismos que dañan todo lo que tocan.

Con Fernando Clavijo parecía que la cosa iba a cambiar. Craso error. No ha cambiado nada. Gran Canaria sigue siendo un territorio perdido, no se ha avanzado un centímetro en la posible unión con Nueva Canarias (NC), hay problemas en territorios potentes como Fuerteventura o La Gomera, y lo que es peor, el presidente del Gobierno no termina de tener el tirón electoral que se esperaba de alguien que venía para dar un giro radical a la sensación que dejaron Adán Martín y Paulino Rivero de que CC era única y exclusivamente la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI) y diez más.

En la visita a Bilbao se les olvidó preguntar cómo se reconstruyó el PNV cuando el Partido Popular (PP) y el PSOE les echaron del Gobierno. Se les olvidó preguntar cómo hacer que el bodrio de la Televisión y de la Radio Canaria se convierta en un instrumento útil a la causa, para lo que como mínimo se tendrían que haber rodeado de profesionales que hubieran sabido captar la atención de una población que pasa olímpicamente de lo que emiten por unos medios que nos cuestan a todos más de 50 millones de euros al año y que con la broma del concurso de los informativos y los 144 millones de euros que hay en juego tienen a los principales grupos de comunicación enfrentados y en una pelea de perros callejeros que abochorna al resto de la profesión.

Un poco de autocrítica no habría estado mal, aprender de los errores del pasado. Tratar de analizar en el terreno lo que está sucediendo y reaccionar. Parece que no es el camino de Clavijo y de los que le rodean, cada uno muy pendiente de lo que realmente les preocupa, lo suyo. Nos dicen que en Lanzarote están haciendo esa autocrítica que fuera ni está ni se espera, y nos aseguran que en la cúpula están dispuestos a cambiar ciertas cosas. Habrá que esperar para ver si es cierto.

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