jueves. 25.04.2024

La gente que sigue habitualmente la información y la opinión que se distribuye desde esta casa tiene más o menos claro el tremendo daño que ha hecho a la imagen de Lanzarote la campaña de la “sostenibilidad” emanada de las brillantes mentes del PSOE, especialmente de la de Carlos Espino, dicen las malas lenguas que presidente del Cabildo en la sombra. No vamos ahora a repetir el tema de su bochornosa comparación de Lanzarote con Marbella en el diario El País, aunque sí que nos vamos a detener brevemente en la no menos bochornosa intervención de Doña Manuela (o Mela) Armas en el programa de Televisión Española en Canarias 59 Segundos. Está muy bien que ahora quieran dar marcha atrás a lo caminado, que incluso Doña Manuela (o Mela) le haya pedido una reunión a Domingo Berriel, al mismo Domingo Berriel con el que se negó a reunirse cuando fue él quien convocó a todos los actores implicados, aunque no nos terminamos de fiar de la intención real de la nueva estrategia. Ya dijimos en su momento que la turista china se hizo un monumental lío en su estelar intervención televisiva con el tema de las “negociaciones”, las “compensaciones”, los “acuerdos” y los “derribos”, principalmente porque no tiene ni pajolera idea de lo que habla, y se limita a seguir el guión que le han escrito. De hecho, los periodistas de Gran Canaria y Tenerife -que son a los únicos que invitan a este programa con la salvedad del señor Riveiro- empezaron a ponerse un poco nerviosos cuando Doña Manuela (o Mela) no respondía a algo tan sencillo como determinar si cree o no que se van a derribar los hoteles. Ese nefasto e infame día perdieron la oportunidad de preguntarle a la presidenta de nuestro Cabildo qué fue de aquella promesa de su ahora partido de que se iba a derribar el hotel Papagayo Arena pagando una indemnización a los propietarios por parte de la Dirección General de Costas de unos 80 millones de euros. También perdieron la oportunidad de preguntarle a la presidenta por qué se ha firmado un acuerdo con los propietarios de Yudaya saltándose la programación de futuro de la Isla y permitiendo que a partir del 1 de enero de 2011 puedan construir en Playa Blanca un hotel de cerca de mil camas, por qué además se les retiró el pleito judicial a ellos y a otros muchos no. Perdieron la oportunidad de decir que los ex alcaldes de Yaiza y Teguise, a instancias del PSOE, fueron investigados por la Udyco, sin que hasta la fecha se les haya imputado un solo delito, y que era mentira que en Yaiza no se habían cobrado las licencias de obra a los hoteles. Perdieron la oportunidad de explicar cuánto se están gastando en servicios jurídicos y con qué fin, cuánto va a costar el nuevo informe que se ha encargado para aclararnos diez años después a todos cómo se encuentra cada caso, qué dicen las sentencias. Quien no perdió la oportunidad de comparar otra vez Lanzarote con Marbella fue Doña Manuela (o Mela), imaginamos que bien instruida por el señor que parece que mueve sus labios por detrás como si de un vulgar José Luis Moreno se tratara, el siempre presente Carlos Espino, al que por cierto también nombraron de refilón. ¿Cuál era el objetivo al sacar nuevamente el nombre de Marbella? ¿Quería la presidenta que todos los canarios que veían el programa relacionaran hoteles con corrupción urbanística, pretendía nuevamente deteriorar la imagen de la Isla, de la isla más insostenible del Archipiélago según su criterio? Eso ocurrió en el estudio de Televisión Española, y las consecuencias las hemos conocido esta semana. No se pierdan lo que uno de los periodistas que estaban allí escribió este jueves en su periódico digital, Canarias Ahora. Nos referimos a Carlos Sosa, el que tiene el lío del salmón con Soria, que sacó unas curiosas conclusiones de su encuentro con Doña Manuela (o Mela) que a nuestro juicio no se ajustan en gran medida a la realidad de Lanzarote, contienen algunos errores de bulto. Esto es lo que aparecía publicado este jueves en su sección confidencial:

“Lanzarote como escarnio

Es preciso señalar a los culpables y pedirles que se retiren lo más lejos posible de lo público. Y si tienen responsabilidades penales, que las paguen. Éstas podrían ser algunas de las conclusiones que debiera alcanzar el Consejo Rector de la Reserva de la Biosfera de Lanzarote, que se reunirá este viernes en la sede del Cabildo conejero para analizar la situación que atraviesa la isla tras la avalancha de sentencias judiciales sobre complejos turísticos del más variado pelaje situados al margen de la más elemental legalidad. Este miércoles se sumó al catálogo del disparate un nuevo complejo de apartamentos, lo que habría de estar haciéndonos sonrojar a todos un poco más cada día. Hoteles con hasta tres plantas más de las permitidas, establecimientos abiertos con permiso de Turismo pero sin licencia de construcción, parques públicos convertidos en instalaciones privadas en las que se cobra por entrar, hoteles ilegales con subvenciones europeas... Y el Gobierno alojando a los jueces canarios en uno de estos establecimientos y haciendo una Ley de Medidas Urgentes en cuya tercera disposición adicional se abre la puerta para quitar las competencias a los Cabildos en casos como éstos”

Como han leído, según la visión del señor Sosa y de su medio, que no hablan nada del sarao ruso que el propio Cabildo ha organizado en otro hotel igual de ilegal que el de los jueces, en Lanzarote se han construido hoteles “sin licencia de construcción”, se ha construido aprovechando subvenciones europeas, se han construido hoteles con tres plantas más de las permitidas y se han eliminado parques públicos para hacer instalaciones privadas. Esto último es normal que lo escriba, si tenemos en cuenta que Doña Manuela (o Mela) puso el ejemplo de la construcción de un hotel en medio de una plaza de Telde para significar lo que a su juicio había ocurrido en Playa Blanca y en Costa Teguise. ¡Échenle un día más guindas al pavo! Esta es la visión que tienen en el exterior de lo que ocurre en Lanzarote, donde se deben pensar, en islas y en territorios en los que deberían preocuparse más por sus desmadres urbanísticos, que aquí se practica poco más o menos la ley del Oeste. A ver si alguien con sensatez en este Cabildo convence a Doña Manuela (o Mela) de que cambie el discurso, que convenza a todo el mundo al que ha engañado de que Lanzarote no es el ogro que ella dibuja. En lugar de gastarse tantas perras en absurdos estudios y en sospechosas gratificaciones, que inviertan algo en explicar las cosas como realmente son. Por cierto, ¿qué le irá a pedir ahora Doña Manuela (o Mela) a Berriel?

LA IMAGEN QUE HA PROYECTADO DOÑA MELA EN EL EXTERIOR
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