Fotos: Dory Hernández
El Hotel Lancelot, en Arrecife, acogió este viernes por la tarde el II Encuentro de Consejeros de los cabildos canarios. Reunión en la que participaron los portavoces del Partido Popular en los diferentes Cabildos de Canarias: Francisco Cabrera (Lanzarote); Águeda Montelongo (Fuerteventura); María del Carmen Hernández (Hierro); Jesús David Ramos (La Gomera); Manuel Pérez (La Palma); Larry Álvarez (Gran Canaria) y Antonio Alarcó (Tenerife). El encuentro, además, contó con la participación del presidente autonómico del Partido Popular de Canarias, José Manuel Soria, y el secretario autonómico regional, Manuel Fernández.
A mitad de la jornada, el presidente regional de los populares atendió a los medios de comunicación. Explicó que las finalidades del encuentro de la reunión son “poner en común las cosas que está haciendo el Partido Popular, tanto si está en el gobierno como desde la oposición, coordinar las distintas iniciativas y actuaciones dentro de la política propia de cada uno de los cabildos insulares”. Por otra parte, con esta reunión los populares pretenden incorporar en la vida de los cabildos “las líneas generales de la política del PP en los ámbitos nacional y regional”.
Los asistentes al Encuentro celebraron una mesa redonda sobre “Los recursos financieros adicionales del Estado para las entidades locales”, además de la presentación de la revista que contiene las conclusiones del trabajo realizado por los consejeros en el primer encuentro celebrado en junio pasado, en la isla de Tenerife.
Crítica al PSOE
En relación con la política que dirige el Partido Socialista en el Cabildo de Lanzarote, José Manuel Soria destacó que “dónde gobierna el PSOE en Canarias se manifiesta como un auténtico disparate, pregonando una cosa y haciendo justamente lo contrario”.
A la hora de valorar el pacto de los socialistas con el PIL, Soria recordó que “el señor López Aguilar es el primero en poner el dedo acusador sobre determinadas personas en Canarias” para luego “tirarse a sus brazos para pactar, como es el caso de Domingo González Arroyo en Fuerteventura, y Dimas Martín en Lanzarote”. “Los pone a caldo, los insulta, y luego gobierna con ellos, y además, no se le sonroja ni la cara”.
