viernes. 29.03.2024

Por Diego Hernández

Muchas personas escuchan este nombre o leen sobre él y lo primero que se les viene a la cabeza es ese hombre que no se sabe si existió y que hizo que muchos creyeran en sus palabras y obras, que otros escribirían para que en la actualidad se llevara como una doctrina y base de una Religión que ha pasado todo este tiempo de generaciones en generaciones y de todas las latitudes de nuestro planeta. Quizás no sea mucho y yo no sea un digno estudioso sobre el Cristianismo, pero sí sobre una persona que creyendo en el amor hizo tambalear los cimientos del eje del mundo, en ese momento Roma, y a los Saduceos y a los Fariseos (castas dominantes del momento), que habían convertido la ley mosaica en su negocio privado. ¿Les suena de algo esta frase?

Ya desde aquel momento alguien se rebela contra esa manera de manejar al pueblo y que claramente no dejaban que nadie lo pusiera en duda, ya que serían sin parpadear llevados a ser juzgados, por lo que ellos llamaban ley, y posteriormente serían condenados a muerte por su herejía. Jesús o Yeshùa se rebeló directamente e indirectamente con sus hechos y palabras, continuadas por sus seguidores y por sus discípulos, quienes fueron elegidos por nuestro personaje para llevar esta misión suicida que como finalidad tiene lo que muchos a día de hoy pensamos, y es que el amor, en toda su definición, es el motor del mundo.“Creer sin ver”, no dudar si no mirar en los sentimientos y tener como vía o camino la "Fe".

Jesús fue un hombre como cualquiera de nosotros; comía, bebía, dormía, amaba, pero a diferencia de muchos creía que todos somos iguales a los ojos de Dios. Estas líneas no son para convencer a nadie para que sea más creyente, sino para que el que lo lea piense en que ese hombre hizo y consiguió que muchos no pensaran en sí mismos sino en cada uno de los que les rodean, aunque termináramos viéndole padecer nuestro castigo por su postura opuesta al régimen del momento.

Para mí, fue el primer político de la historia que creyó en sus palabras y en sus hechos y que supo que por ello sería juzgado. En la actualidad, podemos encontrar representantes que pretenden hacer las cosas bien, pero otros muchos que pertenecen a ese grupo que aplicaba la ley de aquel entonces querrán mantener su sillón a cualquier precio o aumentar su economía a costa del pueblo, por lo que si Jesús volviera como prometió, ¿no crees que sería juzgado otra vez y que tendría un final igual? Por ello, cada día creo más en su existencia y en que sus palabras no fueron blasfemia, sino un camino hacia el amor y que nos harían bien, tal y como está el mundo.

Dejo en el aire una pregunta: señores políticos de la actualidad, ¿creen que sabiendo que tienen los días contados serían capaces de creer y defender sus ideas hasta el final? Yo tengo claro por experiencia en mi vida que muchos no sabrían qué responder, y he conocido este mundo de la política desde dentro.

Como final a este pequeño texto diría que es época de encontrarnos todos, de ser nosotros y de seguir el camino que cada uno elijamos, teniendo siempre como guía a aquel que derramó sangre, sudor y lágrimas por que cada uno de nosotros supiéramos que hay otra vía en la vida, que es el amor. Y a los políticos de la actualidad, que sepan que por si no lo recuerdan son elegidos por el pueblo, quienes confían en ellos, pagan los impuestos implantados por ellos y son los que sufren cuando no se hacen las cosas bien, y no creo que haga falta decir a qué me refiero, porque el pueblo al fin y al cabo somos los que en muchas ocasiones somos crucificados con errores de otros.

Jesús de Nazaret
Comentarios