viernes. 29.03.2024

1.- Por extrañas vueltas del cerebro, y hasta nueva orden, ya no me acuerdo de los sueños de la noche anterior cuando despierto. No sé si ésta es o no una buena señal. Curioso que los sueños no me vengan cuando siempre los he tenido ahí, a media mañana, para que hiciera lo que quisiera con ellos. Quizá influya el hecho de que me duerma cada vez más tarde, o no me duerma. Este insomnio no me gusta, porque al día siguiente estoy hecho polvo y sufro mareos, que atribuyo a las cervicales para no pensar en otra cosa. Cuando uno piensa en lo leve siempre atribuye el tontín a las cervicales, como si el vahído fuera cosa de una buena amiga y no de la enemiga cabrona que nos acecha a la vuelta de la esquina. En fin. En la quietud de la noche veo ante mí la ciudad dormida, que despertará inexorablemente dentro de unas horas y es ahí donde comienza otra jornada llena de ruindades y de tribulaciones.

2.- Cada vez que escribo de cosas personales y no festivas me telefonea, alarmado, desde Garachico, mi amigo Carlos Acosta , a quien no le gustan las novelas con muchas páginas -como a mí-, ni los relatos negros que escribe una prima suya periodista, joven, que vive en Madrid o por ahí y que viene por la Villa y Puerto de vez en cuando. A Carlos le mola el ensayo y la novela corta, como a un servidor, harto de rollos. Por cierto, me acabo de comprar y de leer "El tiempo entre costuras", de María Dueñas , que es una novela gorda. Y espléndida. Y sigo puntualmente la serie, cuyos dos primeros capítulos son excelentes, en una ciudad como Tánger perfectamente lista para la intriga, el espionaje y la novela policiaca.

3.- Me siguen interesando mucho los relatos de la guerra civil española, sobre la que hice mi tesis doctoral. Los miembros del tribunal se quedaron un tanto sorprendidos, cuando la leí, en la Complutense, porque relaté los atentados frustrados que había sufrido Franco durante su breve etapa como comandante militar de Canarias. No lo sabían. La guerra civil es una caja de sorpresas y todo lo que se ha escrito de ella me parece doloroso e interesante. El otro día me escribió mi amigo Alfonso González Hernández , hijo de un héroe de la guerra civil en el bando republicano, aunque él era monárquico: Alfonso González Campos . Y el nieto de otro héroe local, Isidro Navarro , ocupa hoy un importante cargo en Canarias. No creo que le guste que lo nombre; y es un tío estupendo. En fin, que como les escribo a las cuatro menos cuarto de la madrugada del miércoles, en medio del insomnio, me he dedicado a pensar en la guerra civil, una vez terminado "El tiempo entre costuras".

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Insomnio y guerra civil
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