martes. 23.04.2024

Por INA

- ¿De dónde eres?

- Soy de aquí y de ninguna parte

- No, en serio, ¿de dónde eres?

- No soy de aquí y de todas partes

- Pero, ¿entonces?

- Verás, nací aquí, justo ahí si miras detrás de ti, sin identidad y sin fronteras. Cuando eso ocurrió no existían ni el viento, ni el mar, ni la luz, ni la oscuridad, no había montañas ni bosques, no para mi. Un día al despertar y abrir los ojos nuevamente lo descubrí, era el sol que me cegaba, los pulmones se me llenaban de aire con sabor a mar, un mar que descubrí, que veía por primera vez, y bajé, y pisé la arena, y me mojé. Ese mar que ya nadie más verá por que se encuentra oculto en mi memoria para permitir que solo yo lo vea cuando yo lo llame, cuando yo lo necesite, esté yo cerca o lejos de su orilla.

Si te sitúas de espaldas a tú casa y caminas al frente te quedará lejos, muy lejos, tan lejos como todo lo que no ves pero ansias tener; pero soy de aquí, de la tierra que me acoge, de la tierra que me alimenta, de la tierra que me proporciona paz, mañana podrá cambiar el lugar pero la tierra no, la tierra será la misma.

- Bien, pero creo que no me has contestado y te lo pregunto una vez más, ¿de dónde eres?

- Aún si te lo dijera no me creerías, ¿de verdad te interesa tanto mi procedencia? Cierra los ojos, no escuches lo que te digan, dame un abrazo y contéstame tú.

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