jueves. 25.04.2024

Por Armando Santana

Decía Raymond Aron que conocer el pasado es la mejor forma de poder liberarse de él, y quizá sea ésta la terapia adecuada para que esos que siempre tienen en la boca las palabras fascista, ultraderechista y anticonstitucional para descalificar a los demás cuando les llevamos la contraria. Asuman y reconozcan públicamente cuál ha sido su pasado, pero lo mas importante, den explicaciones a la sociedad a la que tanto intentan confundir sobre ¿cuál fue la mano que les dio de comer? y ¿a quién tienen que agradecer esa calidad de vida que tanto han disfrutado desde tiempos de su cuna?.

Muchas veces me pregunto si es conocedor nuestro actual ministro de Justicia, Fernández Bermejo, del pasado de su padre, alcalde franquista y jefe local del Movimiento de Arenas de San Pedro, (Ávila). O si recuerda Pérez Rubalcaba, ministro de Interior socialista y portavoz del Gobierno de los GAL, que tuvo un padre suboficial del Ejército del Aire franquista, y que gracias al viejo dictador este entró a trabajar en Iberia.

Me preocupa muy seriamente la capacidad mental para recordar las cosas de Don José Martín Pallín, magistrado jubilado que apoya sin temblarle el pulso la elaboración de la Ley de Memoria Histórica. Lo mismo tiene alzheimer y no recuerda que es hijo de un oficial que en La Coruña apoyó el alzamiento nacional. Luego el mismo, años después, ingresó en la carrera fiscal durante el franquismo.“Aplicando las leyes de Franco”.

Les aseguro que mi gran decepción llegó cuando me enteré que José Enrique Serrano, jefe de Gabinete de Zapatero, es hijo de un secretario de un ministro de Franco; y que fue uno de los grandes beneficiados de la dictadura franquista. En su pueblo “Tribaldos” aún le recuerdan y no precisamente para bien. El colegio de esta localidad todavía lleva el nombre de este cómplice de la España más negra y tenebrosa....gracias a Franco, todos sus hijos han podido tener sus estudios correspondientes. De enchufarlos, como ya es costumbre, se encargó el PSOE: un hijo al gabinete de Zapatero, otro, de la ONU en tiempos de dictadura, pasó a ser alto cargo de Telefónica con el PSOE, y el que quedaba por colocar al Registro de la Propiedad de Madrid.

No pude creer, y les doy mi palabra que no es ironía, cuando compruebo que la flamante vicepresidenta del gobierno FERNÁNDEZ DE LA VEGA, de la que pensé que ya había nacido con la hoz y el martillo en la mano cantando la internacional, es hija de Wenceslao Fernández de la Vega, falangista de Girón en el ministerio de Trabajo, me cuentan, yo no lo viví, que este ministerio fue el más falangista y más radical de aquella España escasa de libertad.

José Bono, ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla La-Mancha y que en estos días amenaza con volver a la escena política presentándose como número uno del PSOE por Toledo a las próximas elecciones generales, es hijo de un falangista con el carnet nº 230.096. También fue alcalde y jefe local del Movimientol. Los vecinos del lugar no destacan precisamente buenas maneras democráticas a la hora de dirigir su pueblo en aquella época de dictadura.

El presidente del congreso, Manuel Marín, es hijo de un aguerrido falangista de Ciudad Real ya fallecido. Su fama en la capital manchega y su discurso nacional-sindicalista aún se recuerda. También fue presidente de la Hermandad de Alféreces Provisionales.

A esta enorme lista podemos incluir a Antonio Masip, actual eurodiputado de PSOE y ex edil de Oviedo, hijo de un alcalde franquista con nombre de calle incluida en la capital asturiana o a José María Barreda, presidente de Castilla La Mancha, de familia acomodada con decenas de propiedades conseguidas en el franquismo y comprometida desde el primer instante con el golpe del 18 de Julio.

Para terminar quiero hacer mención a mi abuelo, hombre de izquierda al igual que mi padre, perseguido durante años por la dictadura franquista, simplemente por defender sus ideales. Nunca olvidaré cuando después de comer y sentados en la plaza, el viejo mirándome a los ojos me dijo aquella frase tan profunda “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.

Hormigas blancas o el pasado siempre vuelve
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