sábado. 20.04.2024

Nadie se ha podido quedar indiferente a la propuesta de una cadena de televisión holandesa en la que una enferma terminal de 37 años elegirá entre tres enfermos a cuál de ellos le donará sus riñones. Organizaciones de pacientes transplantados de toda Europa han salido a la palestra para denunciar lo que les parece una auténtica inmoralidad.

Jacqueline Martell es la presidenta de Alcer, la fundación encargada de gestionar la donación de órganos en Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura y asegura que se le ha puesto la carne de gallina en cuanto ha sabido de la noticia. Dice que “tengo escalofríos; estoy alucinada y estupefacta porque esto es una total ilegalidad ya que en primer lugar, para que se realice un transplante hay que buscar a una persona que sea compatible con el donante y eso no es tan fácil”. Comenta que si hay gente que está en listas de espera años porque no presentan las características idóneas, encontrar a tres enfermos que reúnan todos los requisititos es prácticamente imposible. Dice que lo triste es que, aunque a algunos parezca no importarles, se está jugando con vidas humanas.

Donantes anónimos

El programa puede saltarse la norma de que al donante no le está permitido elegir al receptor ya que el transplante del riñón se hace en vida de la persona y no tras su fallecimiento y en ese caso, sí se permite elegir a la persona receptora siempre y cuando exista una prueba de relación entre ambos. Sobre esto, Martell comenta que “en España eso es totalmente ilegal y está prohibido y es denunciable que se revelara la identidad”. En el caso de que el donante estuviera vivo, el traspaso tendría que ser de familiar a familiar. No puede ser de amigo a amigo “para evitar algún tipo de chantaje o ventas como se ven en los países tercermundistas”, asevera.

La presidenta de Alcer habla de su propia experiencia y asegura que cuando a ella la transplantaron sólo le dijeron el sexo y la edad del donante.

Martell asegura que nunca ha intentado conocer la identidad de la persona que le dio una nueva vida porque “siempre habrá buenos corazones y malos corazones y si yo me encontrara con la familia de quien me dio la vida, me gustaría darle un abrazo pero puede que determinadas personas me pidieran algo más que ese gesto de cariño”. Por eso, para evitar que haya aprovechados con este tipo de situación, la ley española ha prohibido que se sepan las identidades y de hecho, nunca se ha intentado modificarlo.

Mejor así que en lista de espera

La justificación que el responsable del reality show da para ofrecer este casi macabro espectáculo es que los concursantes tienen así muchas más posibilidades de acceder al riñón que si estuvieran en una lista de espera.

Martell comenta que “esto no es verdad ya que las listas de espera están muy controladas en los hospitales y el paciente recibe el órgano cuando se ha visto que la compatibilidad es cercana al 100% y no se juega con los seres humanos de esta manera”. Sigue diciendo que “detrás de este concurso tiene que haber algo como que el paciente haya firmado algún documento en el que asegure que no le importa arriesgarse a que el transplante no sea tan exitoso como pudiera y que en vez de durarle 10 u 11 años que es la media, le dure 5 ó 6”.

Otra de las cuestiones de las que se está hablando es el sentimiento de frustración que les va a quedar a los dos concursantes perdedores. Comenta la presidenta de Alcer que “me vuelve a dar otro escalofrío y está claro que tiene que haber mucho dinero por medio para que alguien quiera someterse a algo así”. La desesperación también puede jugar su papel. Lo que tiene claro Martell es que este tipo de concurso va a afectar de forma muy negativa al concepto que se tiene de la donación de órganos, en ocasiones, ya muy deteriorado por las noticias que llegan de algunos países en los que se mata a niños para hacerse con pequeñas partes de sus cuerpecitos. Por eso es tan importante que jornadas como el próximo miércoles, en la que se celebra el Día Internacional del Donante haya mesas informativas en las que se puedan resolver todas las dudas e inquietudes que puedan tener los ciudadanos.

En cuanto a la posible aceptación en nuestro país de un programa de estas características, Martell asevera que “viendo lo visto, seguro que habría voluntarios para presentarse y para verlo”.

La presidenta de Alcer insiste en la importancia de la transparencia en todo lo relacionado con la donación de órganos y destaca que las campañas informativas son imprescindibles. De hecho, Canarias, que siempre había ocupado la primera posición en España en cuanto al número de donaciones ha perdido este honor y desde la Fundación han querido culparse del bajón, quizá por una relajación en la concienciación ciudadana.

Ficción y realidad

Sin embargo, no todo lo que se ve en la televisión en relación a la donación es malo, ya que Jacqueline opina que el hecho de tratar este tema en las series relacionadas con hospitales que tanta audiencia tienen, está consiguiendo que muchas personas se interesen por el asunto.

Una novedad en relación al carné de donante es que mientras que hasta hace muy poco tiempo, tener este documento era meramente simbólico, ya que si la familia del fallecido se negaba a la donación, ésta no se podía hacer, a finales de año salió una ley llamada Manifestación de Últimas Voluntades, en la que cualquier ciudadano puede dejar por escrito en el servicio canario de salud su intención de ser donante. Una vez producida la muerte, la coordinadora comunicará que existe este documento y que se va a proceder a la extracción. Lo que Martell desconoce es qué sucede si la persona que ha hecho esta manifestación se arrepiente en un momento dado porque, como a veces sucede, le entra aprensión o dudas, pero dice que procurará que el próximo miércoles, todas las mesas informativas puedan dar una respuesta a esta pregunta.

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