jueves. 18.04.2024

1.- Parece mentira que lo que uno criticaba, de más joven, y de lo que uno se burlaba en otros tiempos, te esté ocurriendo casi diariamente. ¿Estoy gagá? Tengo el coche redondo de rozarlo cuando lo meto en el garaje. Yo presumo de conducir muy bien y de no haber tenido jamás accidentes apreciables -si acaso algún estropicio sin consecuencias para personas y con pocos desperfectos para los vehículos-, pero lo que me está ocurriendo es que empiezo a medir mal las distancias y esto puede ser el principio del fin. Los lectores que me siguen con una fidelidad digna de mejor causa me recriminan que sea tan autocrítico. Voy a "El Corte Inglés" y me abordan los fans hasta el punto de que tengo que simular que hablo por el móvil para quitármelos de encima. Cuando la realidad es que casi nadie me llama por el móvil. Pero todo en mí es contradictorio. El otro día fui a Icod, a hablar con el padre Rubén Fagundo , un gran sacerdote, que resulta que es hermano de Paquito Fagundo , abogado, un tipo estupendo, que trabajó conmigo en el "Diario de Avisos" en tiempos muy lejanos. Y subí y bajé escaleras pinas de las plazas de la ciudad icodense, sin cansarme. Es decir, que eso de no haber fumado nunca me ayuda y, por lo que se ve, me mantiene en buena forma física.

2.- El sábado último hasta bailé, en la primera comunión de mi sobrina Marta , sin sobresaltos apreciables. Por cierto, qué ceremonia más bonita organizó el padre Rubén en la ermita icodense del Cristo del Calvario. Qué cercanía, qué manera tan racional de interpretar la liturgia y qué sencillez la de este párroco. Estuve, días atrás, en "Agustín y Rosa" comiéndome ese cherne enrollado que sirven ahí, fantástico. Conservan las viejas recetas de doña Rosa en el restaurante más famoso del norte de Tenerife. Y me pateé un poquito el Icod de mi juventud (yo jugaba en el Ucanca, equipo de baloncesto del Puerto de la Cruz, frente al Hércules de los hermanos Fajardo ). Por esa época conocí a gente estupenda de Icod, como el músico José Manuel Cabrera , o Eduardo Moa . Fíjense: José Manuel Cabrera fue el que me regaló el primer libro que leí de García Márquez : "Relato de un náufrago".

3.- El Icod de las casas señoriales y de las iglesias tan hermosas, de la playa de San Marcos , que se ha quedado vieja, como viejo es su entorno; el de las calles empedradas y los barrios soleados. He escrito poco de Icod en mi vida, quizá porque mi amigo Celio Rodríguez Zarza me huye y no propicia ni siquiera encuentros gastronómicos. Me ha alegrado mucho estar en Icod, donde tenía un montón de amigos que se han ido marchando.

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Gagá
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