Desde el 2007 se implantó progresivamente el tacógrafo en todas las islas. Ello tuvo inmediatas consecuencias en una reducción de hasta el 50% de los accidentes, según reconoce el propio Ministerio. Sin embargo, las patronales siguieron presionando para erradicar el tacógrafo debido al control de las jornadas de trabajo y de descanso de los conductores. Presionado por éstos, Fomento empezó a estudiar y proponer una aplicación “particular” en las islas alargando jornadas de trabajo y reduciendo descansos. Es esta última modificación la que ha despertado la protesta de los sindicatos y de la sociedad en general, por estimar que propiciaba jornadas de hasta 16 horas diarias y aumentaba los riesgos de seguridad vial.
Dada las peculiaridades de las islas y que esta configuración iba a afectar, no sólo a los propios conductores sino también a otros usuarios tan sensibles como el escolar y el turístico, y dado la dimensión de imagen que se proyecta para una economía tan dependiente de las visitas de nuestros vecinos europeos como es la de las islas, Fomento mostró su acuerdo en mantener una reunión con los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT.
En dicha reunión, celebrada el 15 de enero, en donde se intercambiaron los puntos de vista de Fomento con los de los sindicatos con profusión de ejemplos prácticos, se constató la coincidencia por parte de Fomento y de los sindicatos en la intención de mantener el uso del tacógrafo en las islas. Partiendo de esta premisa, Fomento ha aceptado apostar por la negociación entre patronales y sindicatos, actuando de mediador, para lograr el máximo consenso, incluso con sindicatos, hasta ahora excluidos, e incluso propiciará dichas reuniones en fechas próximas por lo que paralizará temporalmente el decreto que tenía en marcha.
