sábado. 20.04.2024

Felipe VI, sucesor de Juan Carlos I, ha entrado este jueves en la historia de España, una vez prestado juramento ante las Cortes, con un discurso en el que se ha presentado como un jefe de Estado dispuesto a escuchar y comprender a su pueblo y comprometido con la renovación de la Monarquía para "un tiempo nuevo".

Diputados y senadores, Gobierno, presidentes autonómicos, representantes institucionales, mandos del Ejército, escuchaban en silencio unas palabras que, en sus primeros pasajes, han recogido toda la emoción del momento con agradecimientos a su padre, ausente en la ceremonia, y a su madre, que le ha lanzado un beso desde la tribuna de honor.

Luego, el nuevo Rey ha expuesto su convencimiento de que la Monarquía es útil, ha ratificado su compromiso de servicio a los españoles y ha desgranado todas sus apuestas de futuro.

"Una Monarquía renovada para un tiempo nuevo", ha sido una de las de mayor calado, si bien también ha hablado de la necesidad de buscar la cercanía de los ciudadanos, de "velar por la dignidad de la institución" y de "observar una conducta íntegra, honesta y transparente", ya que "sólo de esa manera se hará acreedora de la autoridad moral necesaria para el ejercicio de sus funciones".

Los mensajes dirigidos a los españoles que más están sufriendo la crisis, a las mujeres, o a la clase política, se han ido sucediendo, ante el respetuoso silencio de parlamentarios e invitados, sólo roto por ovaciones cuando ha dado las gracias a su padre, a su madre, con la que ha cruzado muchas miradas de complicidad, al recordar a las víctimas del terrorismo o al ensalzar las lenguas cooficiales.

En un puesto preferente de la tribuna de invitados, el lehendakari, Íñigo Urkullu, y el presidente de la Generalitat, Artur Mas, han mantenido el gesto serio durante toda la ceremonia, y apenas han aplaudido durante unos instantes al nuevo Monarca.

Y eso que Felipe VI se ha esforzado en remarcar que en la España "unida y diversa", basada en la igualdad y solidaridad, "cabemos todos" y también "todas las formas de sentirse español" porque los sentimientos, ha insistido, "no deben nunca enfrentar, dividir o excluir", sino ayudar a "comprender y respetar, convivir y repartir".

El valor del diálogo, de que "no se rompan nunca los puentes de entendimiento", ha sido otra idea contenida en su proyección de un futuro para la "España renovada" que quiere impulsar, sin olvidar que la Monarquía, en esta nueva etapa que abre su reinado, tendrá que estar "abierta y comprometida con la sociedad a la que sirve".

Don Felipe ha procurado enfatizar la solemnidad de algunos pasajes de su discurso, y ha mirado con toda la intención a los parlamentarios cuando, en sus palabras finales, les ha dicho: "Señorías, tenemos un gran país; somos una gran nación, creamos y confiemos en ella".

Aunque desde otro punto de vista más personal, las miradas más emotivas han tenido como destinatarias a la Reina Letizia y la Princesa de Asturias, a las que por vez primera mencionaba como tales, y a su otra hija, la infanta Sofía.

Ha espaciado las palabras y ha girado la cabeza, hacia su izquierda, para hacer patente con esa mirada el compromiso que a partir de hoy también las vincula a ellas.

De igual modo, el presidente del Congreso, Jesús Posada, en cuanto el Monarca había jurado la Constitución, se dirigía solemnemente a diputados y senadores para anunciar la proclamación de Felipe VI; los "vivas" al Rey y a España sonaban de forma contundente en un hemiciclo completamente abarrotado.

Como los aplausos, largos y emocionantes, acogidos por don Felipe en posición firme, tanto a la entrada de los nuevos Reyes al hemiciclo como en su despedida, cuando un diputado del PP ha gritado un espontáneo "Viva el Rey", repetido por la mayoría de forma inmediata.

Rivero: "Felipe VI sabrá escuchar y tomar nota"

Por su parte, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero expresó este mismo jueves su confianza en que "el nuevo monarca dé continuidad a las buenas relaciones que tradicionalmente han existido entre la Corona y Canarias". "Estoy convencido", dijo, de que Felipe VI "sabrá escuchar y tomar nota".

En ese sentido, Rivero agradeció "la mano siempre tendida y la sensibilidad con los asuntos de las Islas demostrada por el Rey Juan Carlos a lo largo de su Reinado".

El jefe del Ejecutivo indicó que la sucesión al Trono de España "es un punto de inflexión idóneo para dar un nuevo impulso a esas relaciones a y esos compromisos". Y, en consecuencia, se mostró partidario "junto a muchas otras voces, entre otras las del propio Don Juan Carlos, de emprender las reformas que la coyuntura actual está demandando".

Paulino Rivero hizo referencia a la "necesidad de poner al día la Constitución, especialmente en la respuesta que la Carta Magna debe ofrecer a la realidad territorial del siglo XXI en España".

"Este es el momento", señaló, "de fortalecer nuestra Constitución con un nuevo traje en el que todos los territorios nos sintamos cómodos, en el que las nuevas generaciones tengan cabida, que dé respuesta a una nueva realidad social y territorial".

"El Rey Juan Carlos supo durante su reinado encabezar un modelo de Estado democrático y de Derecho con el que hemos podido avanzar en paz durante tres décadas", señaló el presidente de Canarias. "Esa labor merece el reconocimiento y el agradecimiento de todos los españoles", añadió.

En la actualidad, señaló Rivero, "vuelve a ser necesario reforzar nuestra convivencia en torno a un proyecto común que una eventual reforma de la Constitución ha de articular".

En ese sentido, el jefe del Ejecutivo canario insistió en que existe el "clima adecuado" para esa reforma. "Hace falta", señaló, "poner al día la arquitectura del Estado, acometer lo que ya he denominado una segunda transición que profundice en la democracia y garantice la convivencia, la solidaridad interterritorial y la justicia social".

Felipe VI entra en la historia comprometido con un tiempo nuevo
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