jueves. 28.03.2024

Llevamos unos años -algunos expertos dicen que dos y otros que son más de dos- en los que se ha debatido ampliamente sobre la situación del turismo en las Islas, el principal y casi único motor de la economía canaria. Aunque hay sectores que no se atreven a hablar de crisis, lo cierto es que en islas como Gran Canaria o Tenerife se ha producido un espectacular bajón en las cifras de ocupación. El caso de Lanzarote y Fuerteventura, dos islas en constante crecimiento, ha sido diferente. Sin embargo, lo que hace pocos años eran medias anuales de ocupación de más del ochenta por ciento ahora apenas llegan al setenta.

Los responsables públicos encargados de velar por la buena salud del turismo subrayan el hecho de que estos datos no son para alarmarse. La frase que se suele esgrimir casi siempre es que es imposible aspirar a tener una media como la que se tenía, teniendo en cuenta sobre todo la cantidad de camas nuevas que han entrado en el mercado y la cantidad de camas ilegales que sigue habiendo. Otra frase socorrida tiene que ver con la comparación con otros destinos del país, donde las ocupaciones importantes se producen sólo en las temporadas de calor. Esta última es sin duda la peor de las excusas, porque Canarias no tiene por qué compararse con Benidorm, con San Sebastián o con Fuengirola. Canarias tiene que compararse con los destinos que tienen similares características. Es decir, y salvando la locura climática que está trastocando cualquier tipo de previsión, aquellos destinos que tienen buen tiempo prácticamente todo el año.

Este lunes se ofrecieron cifras que desde luego hacen recuperar el optimismo, si es que realmente alguna vez se perdió. Según la información que difundían las agencias de prensa, el turismo canario ha terminado de completar las últimas camas en la zonas turísticas, que a día de hoy ya registran el cien por cien de la ocupación para Semana Santa.

El presidente de la Asociación de Agencias de Viajes de Las Palmas, Rafael Gallego, dijo, para intentar explicar lo que ha sucedido, que "los empresarios hoteleros han adaptado las tarifas al mercado canario", lo que ha producido que los canarios "acudan de forma masiva a nuestras zonas turísticas". "El turismo canario es hoy un turismo deseado, es el maná", subrayó Gallego, quien recordó que hace tres o cuatro años el turismo isleño "se sentía marginado por los empresarios hoteleros y se quejaba de que los turistas pagaban tres o cuatro veces menos que los canarios". "Afortunadamente, eso ha cambiado y ahora se considera al turismo canario bueno, no sólo porque ocupa camas, sino también porque gasta en ocio nocturno y demás", apostilló.

Con estas palabras del empresario se pone de manifiesto claramente que durante mucho tiempo los empresarios locales han vivido de espaldas a una realidad que tenían muy cerca, la posibilidad de fomentar el turismo entre islas. ¿Por qué razones? Los más pragmáticos asegurarán que este tipo de turismo no se podía tener en los tiempos en los que los canarios no tenían caudal suficiente para viajar. Pero, ¿cuánto tiempo hace que los canarios viajan ya por todo el mundo, cuánto hace que la renta media de la Comunidad está por encima de la media? Mucho, claro está. De ahí que haya que culpar a los encargados de hacer las campañas y a los encargados de abaratar el transporte de lo que ha ocurrido en los últimos años, por ser incapaces de mirar hacia adentro.

Algo similar es lo que ocurrió en su momento con el turismo nacional. Ahora, cuando han fallado los alemanes y los británicos, sí se ha intensificado el carísimo sistema de mercadotecnia que permite traer a turistas del País Vasco, de Cataluña, de Madrid o de Andalucía. Nunca es tarde si la dicha llega, pero sí para algunos, sí para los establecimientos que han tenido que cerrar durante esta etapa de crisis o reconvertir sus camas en residenciales.

Las islas más visitadas estos días son las de Gran Canaria y Tenerife, aunque la mayor movilidad se ha producido hacia Fuerteventura, isla a donde se ha trasladado el mayor número de canarios. La razón principal, según Gallego, es que para esta isla existe un mayor número de plazas de avión y barco, ya que los canarios suelen supeditar sus vacaciones a las plazas existentes. Y qué razón tiene el señor gallego. Sólo hay que preguntar a la gente que uno conoce, y se dará cuenta de que más de uno va a pasar estos días de descanso en Fuerteventura. ¿Habrá perdido atractivo Lanzarote, nuestras playas ya no son lo que eran? Es una buena pregunta que al menos necesita de una reflexión de los encargados de velar del gran negocio del que prácticamente vive el noventa por ciento de la población insular.

Excelente panorama turístico
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