miércoles. 24.04.2024

Por Antonio Guerra León

Llegadas las vacaciones universitarias, creemos que puede ser el momento adecuado para reflexionar sobre las condiciones en que cientos de alumnos conejeros y de otras islas, cursan sus estudios superiores fuera de su domicilios habituales, y el papel que las autoridades de los siete u ocho peñascos isleños deben jugar para facilitar la mejor adecuación de nuestra juventud durante varios meses lejos de casa.

Pues, todavía, y que conste que ya no somos unos niños, no conocemos ninguna actuación de las autoridades e instituciones de esas islas en la ciudad universitaria tinerfeña o grancanaria para que sus paisanos y futuros hombres y mujeres que deben regir dentro de muy pocos años la vida política, económica o social de sus respectivos pueblos, ciudades e islas, sean ayudados de forma especial y practica

Por ejemplo. En La Laguna no existe un sitio adecuado donde, los conejeros y majoreros, puedan reunirse para conocerse mejor y no perder de vista su propia identidad, formar una Tuna o comer más barato. Cosa que no sería difícil, si alguien le propusiera al ayuntamiento lagunero la cesión de unos de esos tantos caserones que están abandonados a su suerte por todas las calles de Aguere, para montar con cierta dignidad ese segundo hogar que tanto necesitan los que vienen de fuera y nosotros mismos.

Y no digamos nada de Colegios de Mayores promovidos por los mandamáses de las respectivas islas, o ayudas para los chicos para pagar sus gastos de vivienda por cierto, altísimos, pues muchas personas se aprovechan de esa falta pisos de bajo coste para estudiantes, para inflar hasta cantidades impensables los temibles alquileres, cuestión que da lugar lugar a que solo accedan a la Universidad gente de la llamada, clase alta o acomodada, en perjuicio de los económicamente débiles donde, seguramente, se hallan los mejores cerebros de nuestras islas.

Situación que también debía servir con estos deseados equipamientos para mejorar la relación entre paisanos de todas las islas, para ver si de una puñetera vez dejamos de ser un pueblo o una isla para formar una sociedad, verdaderamente, canaria, unida, justa y fraternal.

Pues debemos recordar lo que dice ese estupendo libro llamado, "Conocer Canarias", en su apartado. -Psicología y vida del pueblo canario-. Cuando nos alerta de que los tinerfeños tienen ciertas similitudes con los naturales de Lanzarote y Fuerteventura por ser cariñosos, sensibles, ilusos, generosos, divertidos, bromistas y juerguistas, y con una tendencia natural a agruparnos y mantener ayudas cooperativas.

Si todo ese montón de calificativos tan especiales y positivos, incluido el de, "juerguistas", que nos endosan a los habitantes de esas comunidades isleñas son verdad, bienvenidos sean todos. Pero nosotros que intentamos siempre apartarnos bastante de los topicazos y estereotipos, solo pedimos esta vez que los responsables de la educación de todo nuestros pueblo, sean más prácticos e imaginativos con el dinero de los contribuyentes para atender, más y mejor, a sus hijos que estudian fuera de casa.

Estudiar fuera de casa
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