jueves. 18.04.2024

Somos muchos ciudadanos, cada vez más, los que pensamos que cuando uno de nuestros congéneres adquiere el rango de político su vida se transforma de una forma casi milagrosa.

Somos muchos ciudadanos, cada vez más, los que estamos convencidos de que la política tiene la extraña virtud de convertir a personas normales en seres que parecen venidos de un más allá inédito e inexplorado.

Estas afirmaciones tienen su fundamento en el hecho de que cuando alguien es elegido para la, pasajera y efímera, gloria de la supremacía ciudadana, su comportamiento, sus actitudes y su forma de ver los problemas cotidianos sufren una, mas que sospechosa, mutación, que les lleva a comportarse como si efectivamente no fueran de este planeta.

Pero si hay algo que es absolutamente inexorable, es que en este viaje por el mundo paralelo que inician cuando son elegidos después de unos comicios electorales, les acompañan, como mochila inseparable, las mismas enfermedades que al resto de los mortales, con la diferencia de que los efectos que en estos producen dichas enfermedades no son los mismos que sufren los que no han tenido la suerte de ser tocados por la varita de la diosa fortuna.

La relación entre las patologías mas comunes que padece el ser humano, su sintomatología, las consecuencias que se derivan de su acción sobre nuestro cuerpo y las actuaciones de nuestra clase política es mucho mas intensa y paradójica de lo que nos podríamos imaginar en un principio.

Los efectos que producen algunas de estas enfermedades en nuestra clase política podrían recogerse en un manual muy extenso, con el fin de incluirlo entre los libros de texto de nuestros hijos, cuyo único objetivo seria que estos sepan, ya desde pequeñitos, que es lo que les espera cuando se enfrenten a la cruda realidad de una sociedad contaminada y corrupta hasta limites insospechados. De la misma manera que algunas enfermedades se pueden prevenir y así evitar su desarrollo, la idea seria prevenir a los ciudadanos desde la infancia.

Si dedicamos un poco de tiempo a estudiar algunas enfermedades y su incidencia en la clase política, nos damos cuenta de esta interrelación entre la realidad física y la incoherencia mental que las mismas producen en determinados ciudadanos que, por obra y gracia de un sistema democrático incompleto, han adquirido el privilegio de subir hasta la casta mas alta de cuantas hay estructuradas en nuestra sociedad: LA CASTA POLITICA.

Las enfermedades más comunes que les afectan son la amnesia, el Alzheimer, la enajenación mental transitoria, los traumatismos craneoencefálicos, la paranoia y el cáncer.

A los políticos con mas frecuencia de la deseable se les olvidan muchas de sus actuaciones pasadas, algunas veces de forma transitoria hasta que vuelven al poder (Amnesia) y en otras de forma permanente, de modo que en todo lo que ha pasado en su etapa anterior el no ha tenido nada que ver (Alzheimer). Esto se refleja cuando vemos como un político que ha gobernado en un pasado muy reciente le echa en cara, al que lo hace ahora, el hecho de que no tome medidas para solucionar los problemas, cuando esas medidas las podía haber tomado el con anterioridad y así evitar muchos de los males que nos asolan por su ineptitud e ineficacia.

En otras ocasiones, demasiadas por otra parte, nuestros políticos llevan a cabo actuaciones, medidas, decisiones sobre asuntos económicos sobre los que entienden muy poco o nada, que carecen del mínimo atisbo de legalidad. Cuando esto se descubre, muchos pensamos que, en el momento de firmar los documentos pertinentes, estos no debían estar en su sano juicio, (Enajenación Mental Transitoria) ya que es imposible que no sepan que lo que hacen es de una ilegalidad manifiesta y que sus consecuencias pueden ser funestas para ellos. O eso o es que les ha caído una maceta en la cabeza que les ha alterado la capacidad temporal de razonar (Traumatismo craneoencefálico).

Quien no ha oído a algún iluminado cargo publico decir eso de “esto es una conspiración contra mi persona, no pueden soportar que yo sea el que solucione los problemas de los partidos y por eso se han confabulado en mi contra”, después de enterarnos que se han visto inmersos en tramas de corrupción política, urbanística, cobro de comisiones ilegales, etc. (Manía persecutoria y endiosamiento asociados a la Paranoia).

Y por ultimo, cuantas veces hemos comentado los ciudadanos que hay políticos que deberían ser eliminados de la vida publica porque lo que tocan lo contaminan y consiguen destruir todo lo que su partido esta intentando hacer para mejorar la vida de los administrados. Esto constituye la forma de cáncer mas agresiva, dañina y letal de todas las que se conocen, porque en demasiadas ocasiones el daño que ocasiona no lleva solución y sus efectos se han extendido como una pandemia de la edad media entre la población que lo soporta como cargo público.

En el caso de los ciudadanos de a pie, todas estas enfermedades se pueden curar con medicamentos, fármacos o intervenciones quirúrgicas pero en la clase política y esta es la gran diferencia, eso no es posible y sus consecuencias las padecemos todos los demás de forma casi irreversible.

Seguro que a ustedes les salen alguna patología más, pero eso ya se lo dejo a su imaginación.

Enfermedades políticas
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