sábado. 20.04.2024

“Aquí se encuentran mis orígenes, mis amigos y mi familia. Aquí puedo parar el tiempo y volver a sentirme el niño que descubrió el apasionante mundo del balonmano de la mano del entrañable San José Obrero que fue, sigue siendo, algo fundamental en mi vida”. Son las palabras emocionadas de Orlando Umpiérrez, actual director de Aguas del Gobierno de Canarias, y este martes, pregonero de lujo de las fiestas de Titerroy, el barrio que le vio nacer y crecer. “Aquí vuelvo a sentir el cosquilleo en los dedos como cuando, de la mano de mi padre, aprendí a conocer los secretos del viento, a respetar el mar y a entregar mi alma a ese deporte singular que es la vela latina”. El discurso de Umpiérrez estuvo lleno de referencias a su niñez y adolescencia, a sus amigos y vecinos. El pasado martes el director de Aguas no era el director de Aguas. Era un hombre recordando un pasado lejano y hermoso. Se diría que Orlando supo ver, en la oferta que le brindaron para ser el pregonero de las fiestas de su barrio, una magnífica oportunidad para pararse y pensar. Todos necesitamos, en determinados momentos de nuestra vida, detenernos y repasar. Y Umpiérrez aprovechó este encargo para dejarse llevar por sus recuerdos más primitivos y hacer balance de los cambios que se han producido a lo largo de este tiempo, en él y en su barrio.

El “Comando Titerroy”

Repasando las primeras imágenes que conserva de su barrio, Orlando se encontró con las aventuras del “Comando Titerroy”, como se autodenominaban él y sus amigos, siempre guiadas por la imaginación sin límites de los niños: ropas manchadas de barro, incursiones en “jardines prohibidos”, excursiones “al otro lado” de la ciudad para jugar al futbol o ir al cine, “domingos de ropa limpia, jersey incluido, y misa”... “Todos los pibes de la zona nos desparramábamos por los jardines que nos rodeaban y acabábamos exhaustos ese día aunque no todos por la misma razón. Si ponían una película de Tarzán, pobres árboles; si era de “espadeo”, pobres dedos y; si era de Kung-Fu, pobres madres, con qué paciencia tenían que recomponer nuestras ropas, una tarea en la que eran expertas”. Orlando también recordaba el sonido de la vespa del guardia Gopar, el primer contacto con un aula, y hasta las clases prácticas de inglés con las turistas británicas en Fariones... “Los chicos de aquella época recordarán como emulábamos a Shakespeare cuando en la sana vida nocturna de La Tiñosa nos arrimábamos a susurrar a los femeninos oídos anglosajones”.

Titerroy ayer y hoy

“Hace 25 años, los vecinos de Titerroy, o de Santa Coloma, según el momento, nos sentíamos tan alejados del centro urbano que cuando debíamos bajar la cuesta del fútbol era como si atravesáramos una frontera imaginaria que nos hacía, al igual que el personaje de Lewis Carroll en Alicia en el País de las Maravillas, atravesar el espejo y aparecer en una realidad muy diferente a la que vivíamos a diario en nuestras calles del barrio”. Umpiérrez describía así, desde la mirada de un testigo personalmente implicado, el espectacular crecimiento poblacional que Lanzarote ha experimentado en las últimas décadas. “Hoy Titerroy es una barriada muy especial de Arrecife, un espacio señero con historia propia. Hace un cuarto de siglo era casi una zona rural, una especie de cinturón, al estilo de las ciudades industriales. Puro extrarradio”.

Un futuro por construir

El pregonero completó su discurso mirando hacia el futuro: “(...) podremos compartir algo de nuestro tiempo y podremos compartir toda nuestra pasión por este trozo de Lanzarote que se alza orgulloso sobre su capital. También podremos contagiar nuestra alegría, brindar nuestro apoyo a los que no han podido aparcar por unos días sus afanes, sus preocupaciones. Pero, sobre todo, estos días tenemos que sentirnos más próximos, más dispuestos a ser solidarios que el resto del año, y tenemos que sentir el deseo de un pueblo que quiere vivir en paz, que quiere vivir mejor. Y ustedes elijan su Titerroy, créenlo, invéntenlo si hace falta, pero, por favor, no dejen nunca que muera en su memoria. Titerroy es un sueño y un cuento que para muchos empieza hoy, como las fiestas”, concluyó el flamante pregonero.

En busca del tiempo perdido... de Titerroy
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