viernes. 29.03.2024

1.- Lo peor de los políticos de extracción autodidacta, contumaces en el cargo, sin formación humanística adecuada, poco leídos, o sea, es casi siempre la falta de humildad. Y la pérdida del pudor. Tal ha ocurrido ahora con el señor Rivero , reunido en "Los Limoneros" con un empresario de Las Palmas al que le han tocado en la rifa treinta y tantas emisoras de radio del reparto gubernamental y bufo que hicieron el niño Ríos y el pequeño presidente. No voy a meterme con el empresario, que está en su legítimo derecho de conseguir frecuencias; me meto con los que se las dan en tanta cuantía; a él y al amiguete Concepción , hurtando los derechos de otros. De otros que han dado el callo durante años y que han sido atropellados, con premeditación y alevosía. Vamos a ver, el señorío y hasta el buen gobierno hay que mamarlos; lo mismo que es bueno pisar algunas alfombras antes de abrir la boca para hablar. Y el matrimonio en el poder no ha pisado otras alfombras que las que se compran en Leroy y Merlín . Así que difícilmente generará Rivero el pudor suficiente como para no escenificar en "Los Limoneros" la generosa concesión. Se ve feo. Y se ve feo que el abogado que tiene el empresario pegado al culo haya preparado el encuentro. Pero, conste, repito, no es el empresario quien tiene la culpa. Es el político. El empresario ha venido al mundo para ganar pasta.

2.- Es bueno hacer elogios del pudor. Porque no vale todo, ni el poder es omnímodo hasta el punto de perder la vergüenza porque no pasa nada. Claro que pasa. Me gustaría saber qué piensan los restos socialistas de todo esto. Me gustaría saber si se conforman con la emisora de ocho kw. que le han dado al mariconzuelo de Las Palmas, ése que no presenta las cuentas de su empresa en el Registro Mercantil, para que defienda los intereses sociatas -y ahora del señor Rivero- por los siglos de los siglos. Con ocho kw. llega a Ciudad del Cabo con un buen sistema radiante y propagación atmosférica a favor. Rivero le cortó el grifo, en su día, a su enemigo Pomares , pero abre otros grifos. Hay gente que se ha pasado debajo del grifo toda la vida; gente muy, pero que muy lista.

3.- De ahí mi necesario elogio al pudor. Se les veía contentos, en las copas, a los almorzadores o almorzantes, que de ninguna manera se debe decir. Hacían aspavientos y no sé si hasta brindaban a la salud de la ruindad. Bueno, pues allí le faltó al pequeño presidente -¿recuerdan los cómics del Pequeño Rey ?- pudor. El pudor se adquiere, pero también se mama. Lo mismo que se mama la sensación -distinta- que sientes en las plantas de los pies, aunque lleves zapatos, cuando pisas alfombras de la Real Fábrica o de una gran ferretería industrial. Los comportamientos del ser humano se resumen en un cúmulo de sensaciones. Todas juntas conforman el pudor, que es otro divino tesoro. Y alguien lo ha perdido en "Los Limoneros".

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Elogio del pudor
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