miércoles. 24.04.2024

En los últimos meses y un día sí y otro también, una serie de escándalos de corrupción han salpicado últimamente a corporaciones municipales.

Los ayuntamientos actualmente se financian en gran parte con la calificación y venta de terrenos apoyados en una legislación muy abierta, que permite operaciones especulativas.

Para tratar de frenar la especulación y la corrupción en este ámbito, el Gobierno ha preparado una nueva Ley del Suelo que pretende desincentivar las prácticas de reclasificación y retención especulativa de terrenos.

En cuanto al tratamiento actual de este tipo de información por parte los medios de comunicación, que en más de un caso terminan actuando como verdaderos ayudantes de fiscales, hoy por hoy el tiro al político se ha convertido en lo políticamente correcto... curiosamente.

Escribes un artículo metiéndote con los políticos, así en general, y siempre aciertas. En cambio, ensalzar las virtudes de uno de ellos ya te convierte en un vendido o un militante. Quizás fuera factible encontrar un punto medio para evitar meter a todos en el mismo saco y negar incluso la posibilidad de que puedan llegar otros que lo hagan mejor (o que los mismos de antes puedan enmendarse).

No sé ustedes qué harían de llegar a sentarse en uno de esos sillones de Alcaldía. Tampoco conozco a nadie por quien pondría la mano en el fuego para certificar que no metería la mano en la hucha pública si alcanzara la tentación del poder.

De uno u otro modo, restando competencias a los presidentes de las corporaciones locales, asumiendo la concesión de licencias urbanísticas instituciones de rango superior, y en definitiva, asegurando cualquiera de las vías de escape que posee la corrupción en el sistema democrático, lo cierto es que es hora de que pare este descontrol estructural propiciado por cargos públicos coyunturales.

El tiro al político
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