El próximo Congreso del Partido Independiente de Lanzarote (PIL) se celebrará los días 26, 27 y 28 de octubre y allí se decidirá si los miembros de la formación dan continuidad o apuestan por el cambio en la presidencia que actualmente ostenta Antonio Hernández. Así se decidió el pasado jueves en el Consejo Político Insular que convocó el propio Antonio Hernández, en estos momentos presidente del partido, y así lo ratificó el mismo este martes en `El Despertador' de la 95.8, donde confesó que todavía no ha decidido si se presentará o no a la reelección.
Después de dos años y medio al frente del PIL, Hernández aseguró que era el momento idóneo para un cambio, aunque desmintió que no vaya a presentarse como candidato. Aseguró que en estos momentos no está dedicando toda su atención al PIL debido a su puesto en la Concejalía de Urbanismo, pero insistió en que “dejaré la decisión en manos de mis compañeros, que serán los encargados de decidir el futuro del partido”.
El presidente entiende que el partido necesita renovarse con personas dispuestas a trabajar por él. Confesó que “con los cargos que tengo en el Ayuntamiento de Arrecife no le estoy dedicando todo el tiempo que se merece y puede que haya compañeros con más posibilidades que yo”. Comunicó que no es partidario de que los cargos se prolonguen durante mucho tiempo ya que “con dos años se garantiza la neutralidad, la democracia y la renovación”.
Hernández está satisfecho con el trabajo realizado en el PIL hasta ahora y cree que hay que seguir en esta misma línea de alternancia y que, además, favorecería al partido de cara a las próximas elecciones generales de marzo. “No sé si mi etapa habrá pasado, pero entiendo que he cumplido mis promesas y se han superado con creces los objetivos”, concluyó Antonio Hernández.
Sobre La Rocar
Hernández habló también sobre el polémico asunto del urbanismo en Arrecife; opina que necesita nuevas propuestas y más investigación. Se refirió a las naves de La Rocar asegurando que apuesta por su derribo ya que garantizaría la buena imagen y el futuro de Arrecife. “Si derribamos las naves hay que reubicar a los individuos que viven ahí” añadió, y por ello cree que es un trabajo en el que deben contar con las familias y los servicios sociales.
El lamentable estado de estas naves, antiguas conserveras de pescado situadas en el corazón de Arrecife, supone un agujero negro en el presente de la ciudad y Hernández entiende que la mejor decisión es enviarles de nuevo a sus ciudades y hacer de la zona un punto atractivo más.
