miércoles. 24.04.2024

Hablemos de don Raimundo. Su primer mes en Lanzarote le sirvió para tomarle el pulso a la Isla y ganarse el favor entre la mayoría de los compañeros de la prensa. Hasta ahora sólo le he entrevistado una vez desde que irrumpió en la escena social de la Isla. A este pucelano le encanta la puntualidad y las cosas bien hechas. Siempre preocupado por lo que la gente piensa o deja de pensar sobre el nivel de seguridad en esta tierra bendita, muchos han criticado su más firme voluntad para ayudar a que los ciudadanos de a pie conozcan y valoren el esfuerzo que para todo un equipo de profesionales, nuestros polis, supone el día a día.

El actual comisario jefe del Cuerpo Nacional de Policía de Arrecife, Raimundo Villanueva, anunció a su llegada, allá por octubre de 2004, la introducción de nuevos métodos de trabajo y su adaptación en Lanzarote para mejorar la lucha contra el crimen.

A este comisario afable y disciplinado, como él mismo se define, le avalan 38 años de experiencia desarrollados a lo largo de la geografía peninsular. Su última parada, Telde, donde este experto en un poco de todo lo relacionado con la seguridad prestó servicio los dos últimos años. Pero vamos al grano.

El comisario Villanueva aseguró, y a día de hoy a buen seguro se ratificaría en su afirmación, que había elegido Lanzarote como destino final de su dilatada carrera para retirarse tras los cuatro años que le restan como comisario antes de jubilarse. Sus objetivos personales no le cegaron, pero supo suministrar dos buenos cometidos: dinamizar la actividad preventiva y aumentar la presencia policial en la calle, a lo que ha contribuido la alta efectividad de una joven plantilla, los refuerzos y la siempre útil colaboración de la ciudadanía, a la que como siempre, ha tratado de informar este comisario.

La labor preventiva de los últimos meses, y pese a quien pese la gran parte del mérito es de la Brigada del Grupo de Estupefacientes de la Policía Nacional de Arrecife, ha dado lugar a que chavales de las zonas que todos sabemos dijeran una buena temporadilla eso de ‘no hay ná que pillá' (-aunque todos sepamos que siempre hay algo moviéndose por ahí-). De momento, nadie puede criticarle nada dentro de su trayectoria ni en sus resultados estadísticos de delincuencia desde que aterrizó para hacerse cargo de la Comisaría Local de Arrecife.

La cuestión es que como unos cuantos se sienten muy pero que muy incómodos por cierto tipo de información que se genera desde algunas vías, y ésta puede salpicar a veces la idea que la gente debería tener sobre determinadas instituciones, autoridades y políticos, podría llegar un punto en que determinadas cabezas comiencen a rodar.

Y nuestro pucelano ya está avisado. El rumor está en la calle. La espontaneidad con que pregonan la injusticia aún por madurar esos portavoces de la ciudadanía, que más que representantes vecinales parecen a veces estrellas mediáticas, le hace a uno pensar más de la cuenta. Pero la gente, o mejor dicho don Raimundo, ha sabido conectar y ha conectado con la gente de la Isla. ¿Será esa sintonía la que les molesta tanto a esos que están presionando tanto en Las Palmas para que trasladen al Comisario?

Las cifras le avalan pero hay quien quiere que todo se vaya al garete, que todo se desbarate sobre todo por la actual, y a la vez eterna, carrera electoral en Lanzarote. En fin, al menos muchos son los que, al contrario, le admiramos precisamente por muchas otras cosas aparte de esa reducción estadística en la inseguridad ciudadana. Ese es el porqué del don.

El porqué del don (Raimundo)
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