jueves. 25.04.2024

1.- Los sociatas, con sus obsesiones, se han cargado el piropo dirigido a las mujeres. Cualquier día de éstos -si les da tiempo- lo penalizan. Si les digo la verdad, yo he tenido muy mala suerte con los piropos. Hace un tiempito entrevisté en la radio, de esas voladas que me dan, a las componentes de una murga femenina de Los Realejos. Es verdad que cometí tamaña majadería porque todas estaban muy buenas e hice el acercamiento baboso de rigor. A mitad de la entrevista, en el cénit de mi propia estupidez, le pregunté a una de las que participaban en aquel jolgorio por lo que comía ella para estar tan buena. Sin inmutarse, aquella tigresa con trompeta de cartón, respondió: "Yo hago la dieta del cucurucho". Y caí: "¿Del cucurucho?", hice el imbécil repreguntando. Y saltó como un perenquén: "Sí, comer poco y follar mucho". Se hizo un silencio en la radio hasta que a mí me dio un ataque de risa del que por poco no me recupero. Pero peor fue lo que le pasó a un amigo mío, ebrio de toda ebriedad, que le soltó un piropo de mal gusto a una veinteañera, sacando la cabeza por la ventanilla del coche: "¡Tía buena!", farfulló en medio del pedo. La otra se paró en seco en el paso de peatones, miró fijamente a mi amigo y le soltó: "¡Vete a jugar con tus nietos, Ancianeitor!". Aquel hombre ha enmudecido para siempre.

2.- Más dulce fue lo que ya he contado aquí, pero que repito. Estaba yo hablando con un amigo mío, médico, en el kiosco Numancia y pasó por allí una monja jovencita y guapísima. Pero de una gran hermosura. Me quedé mirándola y se me escapó, no lo pude evitar: "¡Guapa!", le dije, casi como un susurro. Ella no se detuvo, pero giró la cabeza ligeramente y respondió: "Muchas gracias". Y siguió su camino. Fue el mejor piropo de mi vida, que por otra parte ni mucho menos suelo prodigar, debido a mi mala suerte con esta práctica.

3.- Pero el piropo ha sido proscrito por el régimen. Hombre, a lo mejor los sociatas tienen razón y el requiebro tradicional español es zafio y veja a las mujeres. Quién sabe. Ellas son mucho más duras y descaradas en sus calificativos sobre los hombres, pero, claro, en el reino de Leires y Pajines las mujeres son las diosas. Y me parece bien, qué coño, para eso se lo han currado. Yo, por mi parte, quedé escaldado con la dieta del cucurucho, que dicen que da unos resultados espectaculares.

[email protected]

El piropo
Comentarios