viernes. 29.03.2024

Que José Manuel Soria pasa de Lanzarote es un hecho constatado.

Que a José Manuel Soria el futuro de los suyos en Lanzarote le importa bastante

menos que nada también es un hecho contrastado.

Un amigo mio me comento una vez que, cuando nació su hijo, un amigo con poca

gracia le comentó lo feito que era el bebe.

Ante este comentario, mi amigo, en el mismo tono de ironía le respondió que eso le

daba igual ya que le quería para trabajar en el campo.

Pues esta conversación absurda y carente de sentido común la voy a trasladar a lo

que le pasa a José Manuel Soria, a la sazón ministro de varias cosas importantes,

Industria y Turismo, con el PP de Lanzarote.

El empecinamiento del miembro del gobierno central en que REPSOL siga adelante

con las prospecciones en las costas de Canarias ha puesto en una situación

electoral insostenible para los futuros candidatos a las elecciones locales,

cabildicias y autonómicas que se presenten por el partido del que es presidente.

Si hay factores que inciden de una forma mas que considerable en la opinión que,

de los políticos, tienen los ciudadanos, una de ellas es la defensa de los intereses

insulares por encima de los nacionales.

Y por lo que estamos observando en los últimos meses, el tan traído y llevado tema

del petroleo es la más importante de estos intereses.

Es cierto que, por circunstancias que no toca ahora analizar, la población de esta

Isla se ha puesto en pie de guerra contra las intenciones, avaladas por el ministerio

de Industria, de la multinacional REPSOL, que pretende contra viento y marea

realizar una serie de prospecciones en aguas cercanas a las costas de Lanzarote y

Fuerteventura con el fin de certificar la existencia de hidrocarburos en estas aguas.

Se ha debatido largo y tendido sobre los riesgos, extremos para unos y nimios para

otros, que estas operaciones tienen para el futuro de la economía insular,

sustentada en el monocultivo del turismo. En un tema como este es imposible que

unos y otros se pongan de acuerdo, bien en dejar de explorar o bien en continuar

hasta ver que es lo que el subsuelo marino canario esconde.

Pero donde este asunto es políticamente peliagudo, mas allá de las consecuencias

de un desastre ecológico como consecuencia de un posible vertido de crudo al mar,

es en el futuro, tremendamente incierto, de los osados miembros del PP local que

se quieran presentar a las elecciones del año que viene.

Roma no paga a traidores y mucho me temo que Lanzarote considerará a los

políticos del PP insular como tales, por anteponer los intereses económicos de una

multinacional petrolera y los de un ministro de la metrópoli por encima del futuro de

los residentes insulares.A José Manuel Soria esta claro que lo que le pase a sus súbditos políticos le

importa nada. Con la que esta cayendo en la opinión pública lanzaroteña está claro

que el batacazo popular de las próximas elecciones va a ser de órdago.

No creo que

les salve ni el hecho de una posible, aunque lenta, recuperación económica

nacional. Este aspecto de la política si tiene y de hecho se ha demostrado, mucha

incidencia en unas elecciones nacionales. Recordemos que mucha culpa del

desastre socialista en las últimas elecciones generales vino como consecuencia de

su nefasta gestión de la economía patria y de no saber, o no querer, tomar a tiempo

las medidas necesarias cuando ya estábamos inmersos en la crisis, aunque para

los espabilados gestores de la izquierda moderada esta crisis no era tal sino una

simple recesión económica que pasaría rápidamente.

La gente en la calle se pregunta el por qué el PP de Baleares se ha puesto

manifiestamente en contra de exploraciones de este tipo en aguas cercanas a sus

costas y sin embargo el PP canario no ha hecho lo mismo.

La respuesta es muy simple. José Manuel Soria es el Presidente del PP de Canarias

y no del PP de Baleares y eso es el elemento diferenciador que hace que los

populares canarios cierren filas en torno a su todopoderoso y temido líder y en

cambio los de baleares puedan gritar en contra sin miedo a represalias entre sus

miembros.

No sabemos lo que José Manuel Soria va a hacer con su vida en el futuro, sobre

todo una vez que el PP pierda la mayoría absoluta de la que disfruta en estos

momentos. Algunos estamos seguros que, con el actual panorama político nacional

y aun más, desde la irrupción en la escena política de PODEMOS, las posibilidades

de que el PP gobierne en España solo pasan por obtener la mayoría absoluta ya que

de lo contrario, la posibilidad de pactar con otras formaciones se me antoja harto

complicada.

Lo que si sabemos, por lo menos yo y sin pecar de adivino, es que a Canarias no

vuelve. Si no ha sido presidente de la Comunidad Autónoma hasta ahora dudo

mucho que lo pueda ser en el futuro. De la misma forma que si en las generales no

va a gobernar si no tiene mayoría absoluta, en Canarias tres cuartos de lo mismo y

con el tema del petroleo, entre otros asuntos, con más razón todavía. El actual

pacto CC y PSOE tiene un largo recorrido en estas circunstancias.

Y sabiendo estas consideraciones, seguir manteniendo esa postura en contra de

los intereses canarios es poner a los pies de los caballos a sus sufridos súbditos

partidistas, los cuales tienen menos futuro político en Canarias y en Lanzarote en

particular que posibilidades tiene Carmen de Mairena de ser portada de la revista

VOGUE.

Al PP insular solo le queda una, desmarcarse de lo que dicta su líder y defender los

intereses de los residentes lanzaroteños por encima de lo que le dicten desde

Madrid. Si no hacen esto o le piden que modifique completamente lo expuesto

hasta la fecha, su debacle electoral va a ser de las que hacen historia.

Y si los dirigentes locales e insulares no toman esta decisión sabiendo lo poco que

le importan a su ministro, entonces la culpa ya no sera solo de él si no de los que le

siguen rindiendo pleitesía.

El ministro y sus súbditos
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