martes. 23.04.2024

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Por Ángel Domínguez Ojeda

“Si hay una cosa, una sola que no puedo soportar, es la mentira. Me parece de una bajeza bestial. Pero más aún, odio, deploro, me horroriza y me rebelo contra el abuso. El abuso de autoridad: el de algún lumbrera al que le pones un chaleco que diga que es jefe de algo o que tiene autoridad sobre los demás y cree que está por encima del bien y del mal”.

Esas palabras las decía una persona que me demostró durante el tiempo que compartimos trabajando juntos ser una gran persona y un buen amigo, algo difícil de encontrar en estos tiempos.

Recientemente, un cargo público de Yaiza, alguien que cuando ha estado en la oposición ha pensado de una manera y ha evitado enfrentarse a nadie, demuestra pensar y actuar de otra forma ahora que tiene poder. Y si antes, cuando gobernó en épocas pasadas, afirmaba no enfrentarse con la oposición por respeto, ahora, con bastón de mando, considera que la oposición es “rastrera y poco colaboradora”. Quizás sufra el “Mal del veleta”, aquel que nos lleva a movernos según sople el viento. Creo poder afirmar, en base al conocimiento mutuo y sin miedo a equivocarme, que no sólo padece de este mal ahora, durante esta legislatura. En épocas anteriores también. Lo raro -aunque el mal de la veleta lo justifica- es que su opinión y comentarios hacia con quien hoy gobierna, hacia sus compañeros de pacto, fueron muy distintos en su día, cuando ellos –por sus socios- eran oposición. Tengo entendido, sin embargo, que el mal de la veleta no afecta a quienes pensamos que el valor de la amistad, la verdad, el respeto y la integridad están muy por encima de la venta de los principios individuales o de la dignidad de las personas por un sueldo... a media jornada, eso sí.

Viene esto en relación a unas declaraciones en las que este antiguo compañero de corporación al que consideraba, afirmaba que el anterior alcalde ingresaba una nómina de 3300€ netos, hecho rotundamente falso como acreditan las copias de las nóminas personales que adjunto. Éste, quien le habla, quiere aclarar públicamente que mantuvo el sueldo que tenía la Corporación anterior presidida por quien hoy gobierna en Yaiza cuando entró a gobernar después de la moción de censura de diciembre de 2009 y, posteriormente, se lo redujo tras el Decreto firmado en su día por el Estado español. Y, aunque no pretendía hablar de ello porque no creo que merezca la pena, se lo volvió a bajar tras pasar la compañera que estaba liberada de media jornada a jornada completa y entender que ese coste lo deberíamos soportar entre todos los que conformábamos el grupo de gobierno y no la Institución que en ese momento presidía. Por cierto que, puestos a comparar, me gustaría poder hacerlo entre la nómina de esa compañera liberada media jornada y la del actual concejal liberado a media jornada. Posiblemente, se le caería la cara de vergüenza a más de uno/a que desfila por medios de comunicación empeñado/a en hablar de ahorro y medidas de ajuste mientras no sabe cómo solucionar los problemas que tiene en casa.

No obstante, y una vez aclaradas algunas dudas, si las hubiere o hubiese, quiero pedirle al señor concejal que siga trabajando para sacar adelante este municipio, que para eso fue elegido por todos, para gobernar para todos los vecinos, para escuchar a todas las personas porque detrás de cada uno de ellos siempre hay una historia, una vida, una problemática, que hace que el representante publico se deba al que le votó, (no a su apetencia política e ideológica) y al que no, también.

Y que no se preocupen tanto de la oposición, que al fin y al cabo ejercen su cometido en un país democrático, aunque no le guste o no les guste.

El mal del veleta
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