sábado. 20.04.2024

Fotos: Jose Curbelo

Puntual a su cita con los lanzaroteños Paulina Rubio comenzó su actuación en el campo de fútbol de Argana Alta apenas unos minutos después de la hora anunciada. Sexy, atrevida y derrochando simpatía con sus fans, como es habitual en todas sus presentaciones, la cantante entonó el primer sencillo de su último trabajo discográfico “Ni una sola palabra”. Con este tema dio por inaugurada su gira por España, un recorrido que la lleva a visitar también la isla de Tenerife y Madrid y con el que busca promocionar su último álbum “Ananda”, una selección de grandes canciones casi todas escritas especialmente para ella por famosos músicos y compositores latinos, entre los que destacan el colombiano Juanes, los argentinos Cotti y Cachorro López, el español Xavier San Martín, los mexicanos Julieta Venegas y Aureo Baqueiro, el ecuatoriano Fernando Montesinos y Paulina Rubio como co-autora de alguna de las canciones.

Todo un conjunto de excelentes profesionales de la canción que han contribuido de alguna manera para que “Ananda” haya conseguido ya convertirse en disco de platino en España por 80.000 copias vendidas.

La pequeña gira ha sido además aprovechada por Paulina para presentar “Nada puede cambiarme”, tema incluido en su último y octavo disco y que contiene una colaboración de leyenda: la del famoso ex-guitarrista de Guns N'Roses, Slash, quien también aparece en el videoclip junto a una Paulina vestida de novia.

Ni fu ni fa

La canción compuesta por y Xavier San Martín de La Oreja de Van Gogh arrancó los primeros movimientos del escaso público asistente al concierto, que coreó las estrofas más conocidas de la canción. Pero ahí quedo la cosa. Aunque en el ranking de la música pop el último disco de esta inquieta y rebelde mexicana parece ser otro acierto en su carrera de éxitos, dado el número copias vendidas y la popularidad alcanzada internacionalmente en poco tiempo, lo cierto es que en Lanzarote el huracán Paulina no movió lo esperado. Más bien se convirtió en una suave brisa apenas perceptible.

La venta de entradas anticipadas fue un auténtico fracaso y a juzgar por la asistencia de público, que no llenó el estadio ni por casualidad, tampoco el reparto de invitaciones gratuitas que se llevó a cabo en la Isla, tanto en los bares de copas de la calle José Antonio como en las distintas emisoras de radio-fórmula con sede en la capital, motivó lo suficiente a los lanzaroteños.

Mientras la chica dorada se desvivía por entretener a los presentes con esmeradas coreografías y un variado y coqueto vestuario, que fue luciendo según avanzaba su actuación, la entrega del respetable iba diminuyendo de forma notable, tanto, que incluso antes de que terminara el concierto muchos optaron por abandonar el recinto.

Tampoco la selección de temas de trabajos anteriores como “Casanova”, “Yo sigo aquí” o “Lo haré por ti”, canciones pegadizas y conocidas por los jóvenes seguidores de la cantante, sirvieron para mantener la atención del huidizo y desencantado público conejero que se marchó como llegó: desanimado. De hecho, entre los asistentes hubo hasta quien pretendió encabezar una protesta para que se les devolviera el dinero (20 euros) abonado por la entrada.

La pasión, el deseo de cantar y contagiar a otros con su energía desbordante es lo que marca la carrera de Paulina Rubio, pero en Lanzarote su paso deja un sabor amargo. A esto hay que sumar también la desorganización y malas formas con la que el equipo de la cantante y de Rolo Producciones atendió a los medios de comunicación que se desplazaron al lugar para cubrir el concierto.

El huracán que no sopló
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