miércoles. 24.04.2024
Fernando Rodríguez , ex secretario de la Dirección Insular de la Administración General del Estado en Lanzarote

“El cese me parece francamente criminal y desorbitado”

“Me gustaría quedarme en Lanzarote, pero usted comprenderá que para mí es una vergüenza”

-¿Esperaba este cese o le ha cogido por sorpresa?

-Me ha cogido totalmente por sorpresa. A mi el miércoles 29, a finales del mes pasado, a las tres menos cinco, cuando nos íbamos para casa, el director me dijo: ¿Podríamos vernos aquí esta tarde a las seis? Y yo le dije, cómo no. Yo estoy muchas tardes aquí, no todas, pero muchas, así que bienvenido sea. Le abrí la puerta, porque a las seis ya se han ido las limpiadoras que vienen por la tarde como es natural porque no hay gente y subimos para su despacho. Nos sentamos y me dice, sin más preámbulos, ya se habrá usted imaginado que lo que le voy a decir no es agradable. Entonces yo le dije, bueno, si usted me lo dice así, supongo que para mi no va a ser agradable. Y dice, tiene usted que dimitir. Yo digo por qué tengo que dimitir, yo no he hecho nada malo, si algo malo he hecho en esta isla ha sido trabajar lo que he podido. Ah, pues si no, pediremos una inspección a Madrid y se le hará expediente disciplinario. Digo bueno, expediente disciplinario serán los inspectores o inspectoras los que tendrán que proponerlo a su secretario, usted no es quién. ¿Es que usted no ha visto esto?, me pregunta. Entonces saca de debajo de unos papeles el parte diario de la Policía, que yo no había visto, suele llegar por la mañana, sobre las ocho, todos los días al fax con las incidencias, son cuatro o cinco páginas, y me dice, mire usted el punto número tres, lo miro y no había nada. Entonces me dice no, será el cuatro. Miro en el cuatro y dice denuncia contra el secretario de la Dirección Insular por prevaricación. Claro, yo en 40 años no he tenido ninguna historia de éstas, me quedé helado, temblaba igual que un niño. Entonces claro yo viéndome perdido le dije, claro como yo ya tengo 66 años, ya soy viejo, lo que puedo es pedir la jubilación. Ah, pues muy bien, yo se lo diré a la subdelegada en Las Palmas. Y así quedó la cosa. Al día siguiente viene y me dice, la subdelegada me dice que está de acuerdo y yo le dije, usted me perdonará, yo ayer le di mi palabra pero hoy he cambiado de idea. Le pido perdón. He estado leyendo el Código Penal y yo no veo prevaricación por ninguna parte. Yo no recuerdo haber hecho nada malo más que trabajar. Y así quedó la cosa.

-Y luego le llega el cese de Madrid.

-El cese me lo entregó él mismo el día 3 ó 4 pero estaba firmado el 31 de marzo, por lo cual como yo he trabajado 23 años en una subsecretaría en Madrid, en la de Fomento, yo supongo que el día 29 cuando él me lo dijo, pues seguramente estaba ya para la firma de la subsecretaria, porque no firma el mismo día, le llevan cientos de carpetas, se pasan firmando hasta altas horas de la noche y las amontonan en el suelo. Y yo supongo que a lo mejor, con un poco de malicia desde luego, el día 29 ya estaba para la firma. Cuando yo dije que no me jubilaba, entonces seguramente le dirían que firmase. Pero seguramente el 29 esa firma estaba ya preparada.

-¿Por qué le acusan de prevaricación?

-Me acusan de prevaricar... Mire usted, hay dos clases de expedientes sancionadores, unos son los de consumo de estupefacientes, que son más fáciles y rápidos, y tienen seis u ocho páginas, y otros son los de seguridad privada y seguridad ciudadana, que son mucho más largos, que pueden dar lugar a cientos de páginas, porque el administrado tiene mucha más defensa que en uno de consumo de drogas que se supone que aunque sea grave, el expediente ha de ser mucho más fácil porque son chicos jóvenes que no pueden defenderse tanto. Pero un expediente de seguridad ciudadana, de seguridad privada, puede acercarse a veces hacia las 200 páginas. Si usted tiene en cuenta que la Policía Nacional se ha incrementado en 70 efectivos y que la Guardia Civil ha aumentado en 111 efectivos, quiere decirse que hay 181 personas más por la calle susceptible de poner denuncias. Las denuncias se han triplicado, no hay manera de seguir eso con un solo funcionario. Usted comprenderá que a mi me es muy fácil seguir un expediente porque tengo algún conocimiento pero es muy difícil hacerlos personalmente al ordenador porque tienen mucho trámite. Primero hay que hacer la incoación, que la firma del Delegado en Las Palmas, después se produce el traslado al interesado que lo hago yo. Más tarde vienen los abogados que hacen alegaciones e incluso pueden pedir declaraciones de testigos. El otro día yo tuve que tomar declaración a dos testigos que me llevó más de media mañana, eso es un expediente solo. Después se le da vista y audiencia a un expediente y se le da una copia autentificada para que no tenga indefensión alguna. Es decir, si el expediente va por la hoja 40, se le dan las 40 hojas al abogado o al mismo interesado. Después esa vista y entrega de copias tienen otra vez alegaciones, estudiarlas, hacer la propuesta de resolución y esa propuesta de resolución enviarla a Madrid y que el secretario de Estado o sus asesores la acepten. Y la mayoría vienen para sobreseerse o archivarse porque son expedientes que los hace mal la Policía. La mitad de ellos los hacen mal y no hay manera de aguantar eso con un solo funcionario. Ya le digo, casi se han doblado las fuerzas de seguridad y seguimos como hace 20 años con un solo funcionario. Entonces eso no hay manera de sacarlo adelante, es completamente imposible, tácticamente imposible.

-¿Usted no puso en conocimiento de las autoridades competentes esa precariedad de funcionarios?

-Se ha puesto en conocimiento de Madrid, se ha puesto en conocimiento de Las Palmas, se han hecho 50.000 escritos. En época de doña Loly, en época de don Francisco Cabrera, en la época de don Juan Prats y en la época de don Marcial Martín. Hace todavía dos meses, en enero, aún le envié un escrito de cuatro páginas redactado por mi a la señora subdelegada. Tienen que ocuparse de Lanzarote. Si no se ocupan de la Dirección Insular y le da más personal preparado no hay nada que hacer. Esta isla se ha expandido milagrosamente diría yo y no hay nada que hacer. La subdelegada lleva dos años en el cargo y no ha venido nunca por aquí. No ha saludado a los funcionarios. Creo que vino un día aquí con don Marcial, estuvo con él en el despacho una hora o una hora y media y se volvió en el avión a Las Palmas. No hay manera, la antigua subdelegada Natalia López Curbelo, que era de Haría, venía cada tres o cuatro meses, hablaba con nosotros y cambiaba impresiones. No quiere decir que tuviera una varita mágica con la que nos resolviese todo, pero intentaba resolverlo. Pero es que aquí desde que yo he venido ha descendido la plantilla. El otro día se nos han jubilado dos personas, el médico, no tenemos médico para sanidad exterior . Se ha pedido, no viene...

-¿Qué dice, que no hay médico en la Dirección Insular?

-No tenemos médico para sanidad exterior de momento. La gente que se quiere vacunar e irse a Senegal no sé cómo lo hacen, creo que van al Hospital General y de favor le vacunan porque aquí el médico don Antonio Sivert , que era una excelentísima persona, se ha jubilado el día 20 de marzo, que era también el que hacía las revisiones en el aeropuerto cuando teníamos 300 inmigrantes allí en el Centro de Rechazados. Iba todos los días o cada dos días a verlos y nunca hubo problema ninguno. Tengo que enviarle una felicitación y un abrazo porque eso sí que es una persona.

-Dicen que su cargo es de confianza.

-Ese cargo fue convocado en junio de 1999 por méritos y lo pedimos 21 personas, creo que yo era el mayor porque ya tenía 59 años. Yo no sé si me eligieron por más prudente o porque tendría más experiencia, porque supongo que había muchos de los 21 con mejor currículum que yo y ese cargo me lo dieron sí de libre designación pero en un concurso ganado a pulso. El por qué me eligieron yo nunca lo supe pero lo hicieron, me fueron a hacer una entrevista a Madrid y me dijeron cógete la maleta y vete para Lanzarote. Concretamente el 10 de junio. Ya estaba yo aquí para las elecciones del 13 que fueron cuatripartitas. He estado siete años a gusto de todo el mundo, he atendido a todo el mundo con humanidad y con cristiandad. Han ido a verme y a los diez segundos ya estaban dentro, no había que hacer antesala ni pedir cita previa. He ayudado a todo el mundo en lo que he podido. Ayudé como es natural a Francisco Cabrera, a Juan Prats y a este señor, a don Marcial, también lo he ayudado hasta ahora con el alma y con integridad. Y ahora me dicen que me marche, se meten con una persona de 66 años, a mi me parece francamente criminal y desorbitado.

-¿Qué tiene que hacer ahora, marchase de Lanzarote o puede ocupar otro cargo dentro de la Dirección Insular?

-No, porque no tengo de mi nivel, no hay cargo. A mi me gustaría quedarme en Lanzarote pero usted comprenderá que para mi quedarme en Lanzarote es una vergüenza. Una vez que me jubile trataré de comprar aquí un apartamentito para venirme temporadas porque esto me gusta mucho. Y la gente conejera me gusta mucho más.

-Usted recibía el viernes pasado un cálido homenaje a su persona en el hotel Lancelot.

-Si, desde luego le doy las gracias a esta gente. (Se emociona).

-Por otro lado, ¿no cabe recurso contra el cese?

-No, expediente no se me ha hecho. Han venido dos inspectoras, han mirado todos los papeles y ahora harán su informe. Pero a mi me han cesado directamente. A mi me llega un cese firmado por la subsecretaria del Ministerio de Administraciones Públicas por orden del ministro, el señor Jordi Sevilla, y no me dice nada. Dice el nombre, la edad, el destino y me dicen motivo del cese: cese en el puesto de trabajo. Es como si yo le digo a usted motivo por el que lleva una camisa azul, porque lleva una camisa azul.

-¿No le dicen cuál es el motivo?

-No dicen cuál es el motivo. Es triste.

-¿La Policía lo denunció a usted por ‘atascar' sus denuncias?

-No, no es así. Yo soy instructor de un expediente a Madrid y me devuelven los diez porque están mal hechos. Yo puedo paralizar un expediente cuando creo que estoy perdiendo mi tiempo siguiendo eso y luego haciendo el ridículo como abogado en Madrid. No es que yo guarde en el cajón los expedientes, yo los paralizo cuando veo que no tienen camino ni sirven para nada. Normalmente las empresas de seguridad son dos: por un lado están las que tienen vigilantes de seguridad en su plantilla y, por otro, las que tienen auxiliares. Por ejemplo en la Fundación César Manrique usted ve un auxiliar, vestido a lo mejor de vigilante, que pertenecen a las mismas empresas. Si usted toca demasiado los cuadros, ese auxiliar llama por teléfono al vigilante de seguridad que viene y le puede incluso paralizar. Llevan grilletes y porras. Entonces no se puede aparecer por la Fundación César Manrique y multar al vigilante y al auxiliar como si fueran lo mismo. El vigilante es un trabajador normal y corriente, como un ordenanza, ese señor no pertenece al grupo de seguridad.

“El cese me parece francamente criminal y desorbitado”