viernes. 19.04.2024

Antonio Guerra León

Siempre hemos creído que el nacionalismo que conocemos como el de más resonancia en estos últimos años, Coalición Canaria, nunca fue una formación con una entidad definida y una ideología determinada; es más, para nosotros sólo ha sido una circunstancia electoralista en un momento determinado cuyo único objetivo ha sido salvar los intereses de una burguesía bien asentada. Y es que todas estas cuestiones de partidos canarios de tipo nacionalista, radicales, liberales, republicanos y al final falangistas que hemos vivido a lo largo del siglo pasado salían a la luz con mucha rapidez según los vientos que soplaban en España para salvaguardar los intereses en principio de terratenientes, después de importadores y ahora de constructores, según la época y el tramo económico del momento, marcando de alguna forma estos partidos tan oportunistas y faltos de ideologías serias la política general de nuestro pueblo con todas sus consecuencias y defectos, que fueron muchos y notorios durante muchos años.

De ATI, madre y padre de la criatura, fundada por varios alcaldes tinerfeños más bien modestos que venían de la derecha y del franquismo, donde militaron hasta la transición casi todos ellos, creemos que con la gestación de la nueva formación sólo pensaron en su día en parar a la pujante izquierda (PSOE, PCE, PCU, UPC) que resucitaba por esos años después de cuarenta años de silencio dictatorial, y es que miedo guarda viña. Basta con solo mirar los periódicos, discursos y cartelería de las primeras elecciones, para ver cómo afirmaban muchos que los rojos les iban a robar a los canarios la casita, la cabra y los santos de las iglesias. Eso sí, estos señores siempre estuvieron muy lejos de un discurso nacionalista al uso, o de tipo cubillista, dada la probada calidad de sus fundadores fieles seguidores desde siempre de ese Madrid tan denostado ahora por sus descendientes coalicioneros. Unos Datos. Cada canario aporta anualmente a la Caja común del Estado, vía impuestos, 3.765 euros. En contra-partida, el Estado otorga a Canarias una media de 5.309 euros por habitante. Según la Fundación BBVA.

También hemos de decir, para ser justos, que esos fundadores de ATI hace poco tiempo pusieron por escrito en los medios sus claras diferencias con los modos de CC de hacer política, apartándose de ella y de alguna forma pronosticando a corto plazo el varapalo que han sufrido esas huestes en las recientes elecciones en las Islas Canarias. Dicho queda.

Pero no estamos aquí estos momentos para hacer más leña del árbol caído, que para eso siempre están las alimañas resentidas de esa propia formación; recordemos el viejo aforismo, hay enemigos, grandes enemigos y compañeros de partido, que están siempre dispuestos a sumarse a la ruindad para buscar nuevos horizontes que satisfagan más bien pronto sus próximas expectativas políticas saltando de un lado para otro, pues han hecho de la cosa pública su sustento diario.

Otra cuestión, y creemos que no es baladí, es que el pacto con el Partido Popular ha sido un gran paso en falso dado por los llamados nacionalistas, pues tratándose de dos partidos de derechas, la gente ha preferido votar al original PP antes que a su copia o fotocopia, dividiendo el voto conservador. Hasta aquí hemos llegado en una primera aproximación a los motivos del fracaso político de Coalición Canaria. Y estamos de acuerdo con las declaraciones del Señor Torres Stinga cuando declara: Sería una irresponsabilidad si decimos que todo va bien. Tiempo, si Dios quiere, habrá para seguir desmenuzando esta cuestión tan debatida en todos los medios, aunque siempre con la moderación necesaria, pues no es cuestión de hacer daño a nadie, sino de intentar construir unas islas mejores y más habitables. Hasta Pronto

El árbol caído
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