miércoles. 24.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- Los norteamericanos siempre incluyen una inicial -la del segundo nombre- entre el nombre de pila y el apellido de cada ciudadano. John Kennedy era Fitzgerald ; Bush era Washington ; Franklyn Roosvelt era Delano . Y así. Barack Obama se llama Hussein de segundo nombre, pero jamás lo escribe al lado del suyo principal. No quiere que se le relacione con el mundo musulmán y Hussein es un nombre musulmán. Pues bien, nuestro presidente del Gobierno, José L. Rodríguez Zapatero , se ha enamorado de Obama. Obama lo ha encandilado. Es su ídolo. Ha ido a USA en busca, desesperadamente, de fotos que le libren en su país del abucheo popular. Primero, con la eleganteNancy Pelossi , presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos. Luego con Barack Hussein Obama. Esta vez no llevó a las pequeñas góticas al gran país del Norte. Es el mismo Zapatero que no se levantó, en el desfile de las Fuerzas Armadas de aquel año, al paso de la enseña nacional norteamericana. Ningún periodista ha preguntado a ZP por aquel lance y por qué ha cambiado de opinión, si la bandera es la misma. Zapatero confundió a la bandera con Bush . No tuvo tino. Su enemigo no era el pueblo norteamericano, que idolatra a su símbolo, sino el torpe de Bush. Pero ZP carece de talla y de inteligencia para percibir lo obvio. Y así nos va, claro.

2.- Zapatero está a un paso del acontecimiento planetario, aquel sueño erótico de Leire Pajín . Obama en USA y Zapatero en Europa. Como si ser presidente de turno de la Unión Europea fuera lo mismo que ser presidente de los Estados Unidos. ¿Qué comen estos sociatas que flipan? Zapatero tuvo que ir a hacer las Américas porque aquí no lo quieren. A abrazar la bandera de las barras y las estrellas. Quién lo ha visto y quién lo ve. Hay un dato espeluznante del CIS: el 56% de los españoles no trabaja, dicho sea en su sentido estricto de relación laboral: parados, jubilados y pensionistas, amas de casa y estudiantes suman este 56%. El dato invita a la reflexión, pero ZP no reflexiona nada, sino que improvisa: su obsesión es el subsidio a los parados. Que consulte con su amigo el premio Nobel, que lo llame por teléfono, ya en Madrid ZP, y le cuente los datos del CIS. A don Barack Hussein le daría un síncope.

3.- ZP se nos ha enamorado de don Barack y se ha convertido en su exegeta. No hay día que no lo nombre. Incluso el pasado lunes, en el desfile del abucheo, parecía recriminar a Esperanza Aguirre que hubiera apoyado a Mac Cain . "Lo apoyé y lo volvería a apoyar", le respondió Esperanza. Como si hubiera sido un delito apostar por alguien que no fuera don Barack. Como si todo el mundo tuviera que pensar como don Rodríguez. Como si los socialistas fueran los buenos (Obama no es socialista, ni se acerca a su ideología) y los demás los malos. Zapatero ha perdido el norte hace mucho tiempo, anda errático. En los Estados Unidos se habrá sentido mal, con tanta barra y con tanta estrella por todas partes.

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El amor de ZP
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