martes. 23.04.2024

Por Lorenzo Lemaur

La lluvia, drástica e inusual, que cayó en Arrecife a finales del mes de enero ha movido y descubierto algunas cosas. Seguí el acontecimiento a pie de calle, viendo la dura realidad que padecían muchos vecinos y comerciantes.

También lo seguí por los medios de comunicación, escuchando las manifestaciones de responsables públicos de primer nivel, de periodistas y creadores de opinión, y de vecinos, comerciantes y empresarios afectados, de una u otra manera. Igualmente he seguido las opiniones y valoraciones a través de los foros de opinión y redes sociales.

Todo ello me llevó a recordar, recuperar, algo que había escrito algún tiempo antes: “… en Arrecife, y en Lanzarote, ha faltado en los últimos 20 años altura de miras, responsabilidad y planificación. Todo ello fruto, principalmente, de la inestabilidad institucional y de una forma populista de hacer política. Si no resolvemos esto, y el momento es el próximo 22 de mayo, todos, pero sobre todo los vecinos de a pie, no nos quedará otra que seguir lamentando nuestras carencias y, lamentablemente, seguir recurriendo a realizar odiosas comparaciones con Fuerteventura, especialmente, y, de último en menor medida, con La Palma”. Lo reitero y lo sostengo.

Durante los días siguientes al acontecimiento inusual, pudimos oír a responsables públicos y a vecinos manifestándose sobre las consecuencias de las lluvias caídas en Arrecife durante poco rato y en un solo día. También, por aquellas fechas y en otras más recientes, unos y otros, han polemizado a propósito de obras a realizar en los colegios de Arrecife, ya sea para adecuar sus instalaciones eléctricas a la nueva normativa, la puesta en funcionamiento de comedores escolares o la demolición del viejo colegio “Generalísimo Franco” para construir en tan necesario nuevo colegio “La Destila”.

Sobre unas y otras cosas, el Ayuntamiento de Arrecife y el Gobierno de Canarias nos hemos debatido sobre quién es competente en acometer esas actuaciones, que son bastante costosas. Puesto en ello, me parece de obligación establecernos la necesidad de que antes de acometer una inversión cada institución, independientemente de la urgencia y/o necesidad de la actuación a acometer, se determine quién es el competente para que quién no lo sea se abstenga de destinar recursos que cada institución recauda de los vecinos para atender competencias propias y no para gastarlos alegremente en actuaciones que competen a otras instituciones, dejando por tanto sin atender las que le corresponde y le habilita para reclamar de los vecinos el pago de los correspondientes impuestos, directos o indirectos.

Ya lo he dicho y no me cansaré de repetirlo, a riesgo de resultar pesado: Arrecife, padece de forma grave la decisión irresponsable y populista de archivar la revisión del Plan General de Ordenación del municipio. Hecho este que, para mí, sin duda alguna, constituye una de las más graves decisiones tomadas nunca por el Ayuntamiento de Arrecife y de la que fueron responsables en su momento, y lo serán para el futuro, el PSOE y el PIL.

Mientras escribía el borrador de esta reflexión, era finales de enero, oía noticias y debates en televisión sobre las consecuencias de las lluvias en Arrecife. “Tú tienes que prever”, dice un periodista. Exactamente. La misión de un gobernante es gobernar con visión de futuro. Gobernar no consiste en atender lo inmediato, contentar a las demandas de lo urgente, de forma que le distraiga tiempo y recursos para atender lo importante, lo de futuro.

El agua es transparente y cuando llueve moja por igual
Comentarios