jueves. 28.03.2024

Desde que Carlos Meca accedió a la Secretaría Insular de Podemos en Lanzarote, la situación del partido al cual pertenezco no ha dejado de ir a peor.

Como adscrita le di mi apoyo en la primarias internas del 15 de febrero de 2015. Hoy indudablemente me arrepiento de haber dejado un proyecto, que se presentaba ilusionante y que ha contado con tantas adhesiones, en manos de un representante orgánico tan sumamente torpe.

Incapaz de sumar a todas las fuerzas de izquierdas alrededor del proyecto de Podemos, después de las elecciones de mayo de 2015 cerró la organización a la representación en el Cabildo. El saldo de estos dos años y pico de legislatura es: sólo la celebración de dos asambleas insulares, apenas dos actos públicos, y el nacimiento de 0 consejos ciudadanos municipales nuevos. La implantación en Lanzarote de Podemos es nula, apenas cuentan con nuevos miembros y su presencia en la calle es intrascendente. La dirección se ha hecho cada vez más estrecha y tienen más influencia personas y entes ajenos a la organización, que sus propios militantes, a los que no se les ha consultado ni en una sola ocasión y a los que no se les facilitan vías de participación.

Internamente, el Podemos de Carlos Meca ha centrado su actividad en practicar un equilibrismo interesado, buscando estar con todos al mismo tiempo con tal de mantener el sillón. Recordemos que mantuvo un silencio sepulcral cuando el órgano autonómico de Podemos ninguneó a los miembros de Ganemos, criticó en petit comité a Meri Pita y a Noemí Santana, y siguió la dirección del hasta hace poco tránsfuga, y ahora investido líder de Si Se Puede en Gran Canaria, Juan Manuel Brito. Lo de este último es más relevante, el proyecto de Si Se Puede más allá de los mares chicharreros pasaba por generar dentro de Podemos equipos que permitieran bien controlar, o bien, en un futuro, oponerse con garantías a Podemos. Aquí en Lanzarote, Alternativa Ciudadana siempre tuvo un acuerdo de integración en Si Se Puede, por lo que las órdenes para Meca pasaban por controlar a los restos de Alternativa Ciudadana y, para ello, rompió sin tapujos cualquier atisbo de relación con Somos. El abordaje de Si Se Puede en Lanzarote pasaba y sigue pasando por esa conjunción: los restos de Alternativa Ciudadana y el grupito fiel alrededor de Carlos Meca.

Políticamente, cabe destacar de su secretaría tres acontecimientos relevantes: el primero, la victoria en las elecciones al Senado. Es cierto que al igual que no es achacable a Meca la victoria de José Ramón Galindo en diciembre de 2015, tampoco es adecuado señalarle como responsable de la pérdida de más de 2000 votos en los comicios de junio. Pero si es criticable, la elección por él y sus acólitos de un candidato tan inadecuado, y también la tibieza con la que se empleó la organización cuando la máquina del fango mediática atacaba sin piedad al reciente senador, y por ende, al proyecto de Podemos en Lanzarote.

El segundo es la apodada por él mismo como segunda revolución del agua en Lanzarote. Hay unanimidad en lo pretencioso del evento, más aún cuando al día siguiente de la rueda de prensa aparece uno de los académicos que avalaban el proyecto pidiendo cautela y prudencia a aquellos que ya veían las cubas de agua saliendo de Timanfaya. Por el contrario, lo destacable, por lo menos a mi juicio, es la colaboración con la empresa privada CICAR.

Muchas voces acusan a CICAR de actuar como lobby contra el transporte público en la isla, desconozco si es así, pero está claro que no es muy normal que un partido político tome decisiones abiertamente junto con empresas privadas, ¿se imaginan ustedes al PSOE con el loguito de un conocido centro comercial de la isla en una rueda de prensa? ¿o a Coalición Canaria haciendo lo propio con una bodega amiga? Sería un escándalo de dimesiones antológicas. ¿Quién tomó la decisión y por qué de que una empresa privada como CICAR financiara una decisión de Podemos? A esa pregunta Carlos Meca tiene que tener una respuesta.

El tercero y último acontecimiento es su postulación para presidir el Cabildo. Carlos Meca, lejos de plantear propuestas para un nuevo gobierno como las que señalan otros de sus compañeros: contención del territorio, PIOL, vivienda, ayudas sociales, etc… plantea que sea él quien encabece el nuevo gobierno. No se podía esperar mucho de un Secretario Insular que no apareció en uno de los conflictos más mediáticos que ha habido en la legislatura, como fue el problema de Gabriela por una vivienda digna.

Y lo hace para tres minutos más tarde decir que su presidencia también es negociable. La sinrazón de aquellos que sólo buscan aparecer, asegurar un sillón cómodo y que no tienen ni proyecto político, ni compromiso por nada más que no sea sí mismo.

Como adscrita de Podemos no puedo más que reprobar esta situación. Espero que pronto cambien las cosas y podamos recuperar la ilusión creyendo que efectivamente PODEMOS.

El Podemos de Carlos Meca
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