Fotos: Dory Hernández
Los socialistas de Teguise aún no han planteado la posibilidad de cambiar el nombre de la plaza en la que se ubica el Ayuntamiento del municipio, que recibe el nombre de General Franco. Con la entrada en vigor de la Ley de la Memoria Histórica, muchas instituciones españolas se han lanzado a retirar de calles y plazas nombres y símbolos que hicieran referencia al periodo franquista.
Recientemente, en Arrecife, se cambió el nombre del colegio Generalísimo Franco por el de La Destila. También el colegio Sanjurjo, en Maneje, pasó a llamarse Titerroy. Además, por citar un ejemplo que tenga mayor relación con el caso, cabe destacar que el Ayuntamiento hizo lo mismo con el nombre de varias calles de la capital de Lanzarote que hacían referencia al franquismo.
No obstante, los socialistas de Teguise continúan sin plantear en la Comisión de Gobierno el cambio de nombre de la plaza en la que se ubica el Ayuntamiento. Así lo explicó este miércoles la concejal del PSC (Partido Socialista Canario) Isabel Martín, quien dijo que “la verdad es que, aunque lo hemos comentado, no le hemos dado tampoco importancia”. Según la edil, los cuatro representantes del PSC en Teguise, que gobiernan junto al PIL, “estamos a otro tipo de cosas”. Aunque el partido no descarta realizar este cambio en un futuro, ya que, como reconoció Martín, “deberíamos hacerlo”, la concejal dijo que en estos momentos “no es una cosa que hayamos propuesto como prioridad”.
La ley
La Ley de la Memoria Histórica reconoce y amplía derechos, además de establecer medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil española y la dictadura personalista del militar Francisco Franco.
El Congreso de los Diputados aprobó esta iniciativa el 31 de octubre de 2007, aunque previamente el Consejo de Ministros le dio luz verde al proyecto de ley el 28 de julio de 2006, en virtud de un compromiso del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero.
Cabe recordar que esta ley incluye el reconocimiento a las víctimas de la Guerra Civil de ambos bandos, las víctimas de la dictadura, la apertura de fosas comunes en las que aún yacen los restos de las personas que sufrieron la represión de los sublevados en la Guerra Civil, hasta entonces realizadas desde entidades privadas (como la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y el Foro por la Memoria) o comunidades autónomas a la espera de subvenciones estatales, así como la retirada de los símbolos franquistas de las vías públicas.
