martes. 23.04.2024

Partido Popular (PP) y Partido Socialista (PSOE) se han dado una tregua en este largo puente del mes de diciembre para analizar las consecuencias del caso Sosa, la más que posible salida del teórico representante de San Borondón en la lista con la que Coalición Canaria (CC) se presentó al Cabildo, el médico Juan Manuel Sosa.

Como ya adelantó el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote, el polémico político nacionalista, que protagonizó un episodio similar en el anterior mandato de Pedro San Ginés al desmarcarse de forma casi inmediata de lo que determinaba la dirección insular de su entonces partido, Nueva Canarias (NC), ha abandonado la portavocía que tenía en la Primera Corporación insular. Lo hizo como paso previo a una posible huida hacia el grupo de los no adscritos, donde se convertiría de un plumazo y contra todo pronóstico en clave para determinar el futuro de la institución. Los socialistas, a los que CC acusa de estar detrás de la maniobra, no han tardado en aprovechar la oportunidad, como hicieron también los nacionalistas cuando en el anterior mandato les tocó sufrir los embates de la política local, y se han reunido con quien ha hecho falta en su idea de bloquear durante los tres años que quedan el mandato de su presidenta, Dolores Corujo. Mientras, en el PP no es que haya cundido el pánico, pero sí ha saltado una alarma que les ha hecho estar preparados ante una manifiesta infidelidad de sus socios, una deslealtad que podría transformarse en ruptura matrimonial de no hilar muy fino ambas partes en estas próximas semanas. Ambos partidos muestran tranquilidad en público, pero lógica inquietud en privado. Eso sí, como no podía ser de otro modo, han hablado del asunto, se han pedido explicaciones y han coincidido ambas partes en que de momento la sangre no va a llegar al río, ni mucho menos.

Aunque en un principio cualquiera podría pensar que se trataba de otro caso más de veletismo por parte de Sosa, lo cierto es que su nueva formación, San Borondón, está detrás del asunto y no sólo lo ha consentido sino que lo ha alentado. De hecho, fue su presidente, Jerónimo Robayna, quien estableció el primer contacto serio pero no oficial con la cúpula del PSOE en una reunión que se celebró en un bar del Pueblo Marinero de Costa Teguise nada menos que con la secretaria general del PSOE y presidenta del Cabildo, María Dolores Corujo, y con su consejero de Presidencia y mano derecha en San Bartolomé durante muchos años, Andrés Stinga. El encuentro, en el que fueron vistos por varias personas que se pusieron en contacto con esta casa para que se adelantara la información, sirvió desde luego para establecer las condiciones del posible paso de Sosa al grupo de los no adscritos, condiciones que no han trascendido por ninguna de las dos partes. Aunque en el PSOE no niegan lo que está sucediendo, no han dicho nada oficialmente al respecto, salvo lo que ya han hablado con su socio, el PP, a quien también han trasladado la posibilidad de que Sosa se incorpore a las labores de gobierno en el Cabildo. Mucho menos San Borondón, formación con la que se ha puesto en contacto este diario para que dé su versión de lo sucedido pero que hasta el momento no quiere aclarar nada, tal vez esperando a encontrar los argumentos que justifiquen lo que para muchos será otro caso más de transfuguismo en Lanzarote.

Ese probablemente será el principal problema argumental que tendrá San Borondón y su presidente, el poder justificar una acción política de esta magnitud por parte de un partido que se supone que venía a regenerar y a limpiar la imagen de una clase política insular en la que este tipo de prácticas era más que frecuente. En la incertidumbre de lo que está sucediendo, además, se podría dar la paradoja de que finalmente todo quede en nada, en un intento de provocar un cambio que finalmente no se ha producido por circunstancias que muy probablemente no se llegarán a conocer jamás.

El papelón de CC

En toda esta historia el principal perjudicado es CC. En la formación nacionalista llevan días en los que no levantan la cabeza. Primero fue el palo terrible de ver que el PP les cambiaba para conformar gobierno en las dos principales instituciones de la Isla por el PSOE y ahora es esto, no tan grave pero lo suficientemente molesto como para tomárselo muy en serio. Tanto es así que diferentes fuentes del partido consultadas por este diario aseguran que no se ha escrito la última palabra y que sin duda están tratando de reconducir la situación. Saben, porque es imposible decir lo contrario, que no ha dado tiempo a que suceda nada entre CC y San Borondón que justificara una acción así, que es otro caso de transfuguismo de manual. También saben que era imposible cumplir con los compromisos que habían asumido estando en la oposición, donde no existe ninguna opción de ofrecer puestos de ningún tipo a nadie. Ahí es donde muchos creen que radica el problema, en la obviedad de que en teoría el pacto entre el PSOE y el PP es más fuerte de lo que se pensaba y no se vislumbra la llegada de los nacionalistas al poder. Mucho menos, desde luego, si Sosa se va de su grupo y se produce el bloqueo de Corujo al frente de la Primera Corporación insular. Y de liberaciones podría ir el tema, a falta de confirmación oficial, incluso en lugares remotos y alejados de este lío como podría ser Teguise.

La prudencia mostrada por Pedro San Ginés el pasado jueves en las declaraciones que hizo en Crónicas Radio demuestra claramente por dónde van los tiros. En CC están tratando de que Sosa, al que ellos también utilizaron para evitar la moción de censura precisamente contra el que terminó siendo presidente y que impidió que Corujo llegara al poder con el apoyo de la mayoría que ya se había hallado, vuelva a cambiar de opinión. Tanto él como su teórico nuevo partido, San Borondón. “En este caso es al protagonista de esta historia al que le corresponde dar explicaciones. A mí me las ha dado pero me las reservo. No sé si es cierto lo que él me ha contado o si está detrás el PSOE, que tampoco me extrañaría que el PSOE intentara blindar la Presidencia por tierra, mar y aire. No sé si sería del agrado, lo que el PSOE le haya podido ofrecer, de su socio de gobierno, del PP, que ya aritméticamente no sería imprescindible para mantener a Loli Corujo en la Presidencia. No lo sé y no puedo contestar a esa pregunta porque yo no estuve en ninguna reunión. El doctor Sosa es libre de reunirse con quién quiera. Faltaría más”, se limitó a contestar.

El caso de Arrecife

No se puede perder de vista el hecho de que San Borondón también colocó a un representante en la lista de Arrecife. Curiosamente fue a Carlos Alférez, un hombre de la confianza de Jerónimo Robayna que sin embargo, como Sosa, también estuvo un tiempo en las filas de NC. Su caso, según explican desde CC a este diario, es diferente al de Sosa. Parece ser que Alférez está plenamente integrado en la dinámica del principal grupo político de la institución. Parece también que, al margen de las ofertas políticas que pudiera recibir, por parte de aquellos que evidentemente sí tienen la potestad de ofrecer cargos públicos de los que todavía no se han ocupado, su papel en esta historia es secundario. Los números en Arrecife no son los del Cabildo, Su marcha del grupo de CC no cambiaría nada en un escenario de guerra total entre socialistas y populares, puesto que con los ocho restantes tendrían suficiente para sumar una mayoría de gobierno y para que Astrid Pérez incluso mantuviera el sillón de la presidencia de la siempre activa institución.

El Partido Popular y el Partido Socialista se vigilan la espalda con el caso Sosa
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