jueves. 28.03.2024

Por Esther Martín

Inspirados por las protestas sociales del mundo árabe en 2010 y 2011 y por la revuelta en Grecia en 2008, los españoles han tomado las calles y las plazas de todas las capitales de provincia para reivindicar los derechos que corresponden a los ciudadanos. Sus eslóganes resumen la justa causa por la que están concentrados: ‘‘democracia real ya’’, ‘‘lo llaman democracia y no lo es’’, ‘‘no somos mercancía en manos de políticos y banqueros’’. Hartos de la corrupción política, de la especulación de las bancos y del afán de poder económico de los empresarios, el pueblo ha tomado la determinación de entrar a formar parte de la historia creando una revolución, una rebelión, una protesta, una insurrección pacífica donde los parados, los jóvenes, los jubilados, los hipotecados, los desahuciados, los emprendedores y todos los descontentos con el sistema actual exijan un cambio. Miles de españoles han decidido unirse libremente y por conciencia ciudadana a la ‘‘Spanish revolution’’ un movimiento que también ha tenido repercusión internacional.

Quieren una democracia real ya, que sea participativa, que cuente con la opinión del pueblo, ya que ahora no lo hace. El básico bipartidismo PP-PSOE, o comúnmente llamado PPSOE, no es eficaz, no resuelve los problemas que preocupan a los españoles, sólo realiza recortes sociales y por tanto traiciona el principio básico que una democracia real debería tener. Este sistema político nació hace muchos siglos, en Atenas, definido como una forma de gobierno en la que los ciudadanos intervienen, eligen, deciden. La Ilustración volvió a buscar la esencia de esta: ‘‘la soberanía reside en el pueblo soberano’’, y, en la actualidad, se pretende redescubrirla de nuevo porque la de ahora parece ser de pega.

Decidieron acampar el día 15 de mayo y después de dos semanas siguen allí. El día 19 de junio tienen previsto volver a tomar las calles.

Es algo imprescindible que los medios de comunicación se involucren en el tema, por eso las redes sociales están jugando un papel tan importante ya que es gracias a ellas por lo que se ha podido reunir a tantísimas personas. También la prensa, la radio y la televisión ofrecen diariamente información sobre el transcurso de los acontecimientos. Pero conforme pasan los días, las noticias sobre el 15-M se van reduciendo, simplificando, sintetizando y quedando desplazadas a un pequeño resumen antes de los deportes. Creo que no debería ser así cuando en los días posteriores al 15 de mayo salió en todas las portadas y ocupó la práctica totalidad de los informativos. Puede que no haya nada nuevo que contar, puesto que llevan dos semanas pidiendo lo mismo, pero tal vez el que cada día concedan menos importancia y menos tiempo en las noticias deje ver que tampoco les interesa mucho que el pueblo se rebele o que no consideran este movimiento de la trascendencia que se debiera.

Esto es una movilización social. En 1789 no existía Internet, ni tampoco la televisión, y, sin embargo, los franceses fueron capaces de organizarse, de unirse, de luchar juntos por lo que querían, ¿y ahora que tenemos tantas maneras de difundir nuestro mensaje no vamos a utilizarlas? En la actualidad disponemos de medios de comunicación que pueden hacer cuanto se hizo en Francia y mucho más si por supuesto se tiene la intención.

Han pasado las elecciones y los acampados no se han movido, han pasado las máquinas limpiadoras acompañadas de las porras de los mossos d’esquadra en la plaza de Cataluña y han vuelto a reunirse, pero ahora en mayor número y más indignados, solidarizados con la causa y con este último suceso, y pasarán muchas cosas más hasta que decidan mover el campamento porque lo que tenemos, lo que hemos conseguido en poco tiempo y llevamos manteniendo dos semanas, no puede irse a pique tan fácilmente. Debemos de seguir insistiendo, apoyando el 15-M porque es la única manera de cambiar las cosas. Esto nos incumbe a TODOS así que tenemos que luchar TODOS juntos.

Cita célebre: ‘‘Porque los que están tan locos como para pensar que pueden cambiar el mundo son los que lo consiguen’’.

(Esther Martín es alumna de 4º de ESO en el IES BENJAMÍN JARNÉS- Fuentes de Ebro en Zaragoza)

El Imperio de los Indignados
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