- Considera necesario que España defina cupos de trabajadores para la entrada legal de inmigrantes, al menos 20.000 al año
El consejero de Economía y Hacienda del Gobierno canario, José Carlos Mauricio, aseguró este lunes que condena la manifestación que se produjo en Santa Cruz de Tenerife si su connotación era racista, pero advirtió que en cualquier caso se trata de un "síntoma" y recomendó tomar medidas.
AGENCIAS
Mauricio advirtió que la llegada del invierno y el mal tiempo en el mar hará que los cayucos con inmigrantes se hundan y ello sea interpretado como una disminución del flujo migratorio.
Asimismo vaticinó que con la llegada de la primavera se producirá una nueva "invasión" e insistió en tomar medidas para evitarlo.
Aseguró que tener una ley de residencia "es imposible, es una tontería", pues no tiene cabida en el marco europeo, pero consideró necesario que España defina cupos de trabajadores para la entrada legal de inmigrantes, al menos 20.000 al año.
Si dicha medida se hubiera tomado hace varios años no habría "problemas de ley de residencia ni historias", y las colas de los inmigrantes no se crearían detrás de un cayuco sino en las embajadas, sean de Dakar o Quito.
"Los brotes de xenofobia que se están produciendo necesitan una respuesta correcta", insistió.
Mauricio detalló que Canarias creó 46.000 puestos de trabajo el pasado año, pero como la lista de trabajadores creció en 60.000 nuevas personas el resultado final es un incremento del paro.
Controlar a los inmigrantes no es estar en contra de ellos, apuntó Mauricio, quien destacó la "excelente" labor que realizan en las islas los ciudadanos latinoamericanos, sobre todo las mujeres.
Sostuvo que tanto el PP como el PSOE han actuado de manera irresponsable en los últimos años y celebró que la política nacional gire en la dirección en la que "ha insistido CC" en los últimos seis años.
Asimismo, recalcó que el Gobierno canario, con sus "escasísimos" recursos pudo resolver, tras las reuniones mantenidas con el Rey de Marruecos, el flujo de pateras desde la costa africana más próxima a Canarias, lo que hizo que los traficantes se tuvieran que trasladar a Senegal y Mauritania.
