Sólo en Canarias 1.935 personas están diagnosticadas de SIDA. Esta cifra aumenta cada año con nuevos casos que se van sumando a la lista de afectados por un virus con el que viven en el mundo unos 39,5 millones de personas. Para intentar paliar esta epidemia, se instauró el uno de diciembre como día oficial contra el SIDA y entre 2001 y 2010 se dedica esta fecha al esfuerzo por hacer llegar a la población el lema “Detén el SIDA. Mantén la Promesa”.
La aportación de Lanzarote a esta campaña la han protagonizado los voluntarios de Cruz Roja, que se han apostado durante toda la mañana de este viernes en la entrada del Ayuntamiento de Arrecife para distribuir folletos informativos, preservativos y lazos rojos a los viandantes. Con esta iniciativa se pretende sobre todo mantener alerta a todos los ciudadanos, ya que, al contrario de lo que ocurre con otro tipo de enfermedades, sólo la concienciación personal tiene el poder de parar su propagación.
Aún así, el lema que preside este uno de diciembre también da un toque de atención a los líderes mundiales para que cumplan con los compromisos de prevención y de actuación contra el VIH.
Prevenir y curar
Aunque la mayoría de las campañas que se organizan buscan informar a la población para que prevenga el contagio del SIDA, la realidad es que también hay que informar y apoyar a los que ya lo padecen. Por eso este año, el Servicio Canario de Salud del Gobierno regional también ha preparado una estrategia para informar sobre lo que se debe hacer una vez que ya se ha producido el contagio.
En la actualidad el virus del Sida puede ser controlado en muchos casos, pero siempre que se proceda bajo el control médico y, sobre todo, que se tomen las medidas necesarias para evitar el contagio a otras personas.
Aunque parezca que en pleno 2006 ya no queda nadie que no sepa que mantener relaciones sexuales sin utilizar preservativo o que utilizar la misma jeringuilla que otra persona son las principales formas de contagio, el aumento de casos de personas a las que se les detecta la enfermedad confirma que aún permanecen muchas ideas equivocadas.
Por eso todas las campañas de prevención insisten en que el aspecto o el tiempo de amistad con una persona no tiene nada que ver con las posibilidades de que tenga el SIDA, que la llamada “marcha atrás” no es un método de prevención, o que aunque no se tengan síntomas de la enfermedad se puede ser portador del virus y transmitirlo.
Estas son algunas de las lagunas con las profesionales sanitarios tienen que lidiar cuando se encuentran con personas que no entienden por qué se han contagiado.
Para evitar este tipo de situaciones una de las premisas con las que se dirigen los eslóganes de este año es el de “Sal de dudas, saldrás ganando”, con el que se intenta animar a los ciudadanos a realizarse las sencillas pruebas de VIH, de manera que quede descartada cualquier posibilidad de contagio.
Estas pruebas se realizan de forma rápida y confidencial en los centros de salud, en los que además podrán obtener toda la información necesaria para conocer de manos de los profesionales los métodos anticonceptivos que sí son seguros contra el SIDA y los que no y para resolver todas las dudas sobre las formas de prevención y tratamiento de esta enfermedad.
En este sentido, las organizaciones de la salud insisten también en la importancia de que la población se conciencie de que esta enfermedad no es exclusiva de un sector social u otro, ni de una edad o género. Los tópicos han ido cayendo por su propio peso a la luz de las cifras, que demuestran por ejemplo que las personas homosexuales o bisexuales no son los que sustentan siempre el mayor porcentaje de enfermos de SIDA en las encuestas, sino que muy al contrario la padecen en igual o menor proporción que los que mantienen relaciones heterosexuales.
Mitos del contagio
Existen muchos mitos con relación a las formas de transmisión o contagio del SIDA, que ocasionan muchos problemas emocionales, sociales y laborales con los enfermos o portadores.
Sin embargo, está comprobado que el VIH-Sida se transmite directamente de persona a persona mediante el intercambio de fluidos del cuerpo, que son la sangre, el semen, los líquidos preeyaculatorios y los flujos vaginales.
Esta enfermedad no se contagia, porque el virus no pasa de una persona infectada a una sana por medio del aire, el agua o los alimentos, tampoco por tener contacto con la piel o con los utensilios o ropa de las personas enfermas como sucede con otras enfermedades infecciosas.
Esto es importante porque el contagio de algunas enfermedades a veces no es fácil evitarlo, sin embargo la transmisión del VIH, es totalmente prevenible por lo que se puede evitar fácilmente.
La plaga de África
Pero aunque la situación es más que preocupante en este lado del hemisferio, en el continente africano el SIDA la situación que provoca este virus es crítica. Basta con detenerse a leer las siguientes cifras para que nos demos cuenta de la realidad acerca del VIH/SIDA. En 2005 se produjeron cerca de cinco millones de nuevas infecciones por el VIH en el mundo, 3,2 millones de las cuales correspondieron sólo a África subsahariana.
Además, en los países más pobres, la imposibilidad de acceder a los medicamentos necesarios para controlar al virus convierte esta enfermedad en causa de muerte en muchos más casos de los que debería. En un continente en el que vive el 11 % por ciento de la población mundial también lo hace el 60 % de las personas afectadas por el VIH en el mundo.
Pero parece que el esfuerzo de las ONG y del cumplimiento de alguno de los compromisos internacionales está haciendo mejorar las cosas y aunque el VIH/SIDA sigue siendo la principal causa de muerte entre los adultos, cada vez es mayor el número de personas que recibe tratamiento capaz de salvarles la vida. El número de personas VIH-positivas a quien se administra medicamentos antirretrovirales se ha multiplicado por ocho, y entre diciembre de 2003 y diciembre de 2005 pasó de 100 000 a 810 000 personas.
