Xiomara tiene siete años y desde hace dos lleva arrastrando una enfermedad ocular llamada uveitis bilateral derecha crónica, complicada con una infección por toxocariasis que le ha provocado entre cosas, una pérdida importantísima de visión, además de estrabismo, cataratas, edemas y quistes en los ojos.
Su madre, Paloma Tomás, explicó en el programa “La Mañana de Lanzarote” de Crónicas Radio – Cadena Cope cómo está siendo el calvario para conseguir que su hija no pierda la visión definitivamente.
Hace dos años derivaron a la niña al Hospital Materno de Las Palmas. Allí se le puso un tratamiento a base de quimioterapia y corticoides, algo que le provoca muchos efectos secundarios. “La niña se desmayaba, se encontraba mal así que decidimos ir a una clínica de Barcelona para que nos dieran una segunda opinión y la sorpresa fue cuando nos explicaron que estaba mucho peor de lo que nos habían dicho porque también tiene los ojos infectados por un microbio” recuerda.
La niña está perdiendo visión a pasos acelerados así que el objetivo de la familia es poder operarla en esa clínica el próximo 26 de abril, pero para eso hacen falta 6.000 euros para cada ojo.
A Xiomara no se le pudo detectar esta enfermedad en el Hospital Materno de Las Palmas porque en este centro ni siquiera disponían de la tecnología necesaria para verlo y menos para hacer la cirugía pertinente. “Le hicieron análisis a la niña pero como no podían ver el ojo por la parte interna, no se lo podían detectar y se estancaron”, comenta. De momento, lo único que le están haciendo es dar una medicación desde hace más de un año. Toma diariamente dos tipos de gotas para los ojos, dos pastillas, los miércoles toma cuatro pastillas y los sábados nueve.
Ve un treinta por ciento en un ojo y un cuarenta en el otro. Esto le está suponiendo problemas en el colegio, donde tiene que recurrir a una profesora de apoyo, a través de la ONCE, que la está ayudando, pero “con siete años, sólo puede hacer fotocopias o pintar”. “Sin gafas, te ve como una sombra, no te ve la cara”, afirma.
Para Paloma, que es madre soltera, se está complicando más la historia porque su otra hija también tiene los ojitos infectados. Afortunadamente, parece que esta vez sí la han cogido a tiempo, aunque le ha dejado una secuela de una pérdida de 6 dioptrías por ojo, algo tremendo en una niña de año y medio.
Ante la situación, y teniendo en cuenta que el propio consejero de Bienestar Social del Cabildo de Lanzarote, Marciano Acuña, dijo en Cope Lanzarote que la institución tiene partidas económicas para casos relacionados con menores, Paloma acudió el pasado viernes a una reunión con él. Sin embargo, las perspectivas no son buenas. Según explica, Acuña le dijo que para poder ayudarla económicamente, tenía que convencer a los médicos de la Seguridad Social para que derivaran a la niña a la clínica privada. Mientras esto no pasara, no podían colaborar económicamente.
Así las cosas, a Paloma sólo le queda confiar en conseguir convencer a los doctores del materno, algo complicado porque según explica, en el hospital le dicen que tienen a la niña controlada.
Por ello, una vez más, se necesita ayuda. “Me dijeron en el Cabildo que me iban a intentar echar una mano pero lo ven complicado y eso que ya les dije que llevo dos años llorando para que derivaran a la niña y he tenido que recurrir a la ayuda de la familia porque los bancos para estas cosas no dan préstamos”, dice Paloma. De nuevo, parece que tendrán que ser los ciudadanos quienes apoyen más que las instituciones.
