miércoles. 24.04.2024

Como todos saben, “Manos a la Obra” es una serie de televisión, de carácter cómico, protagonizada por dos albañiles que se dedican a hacer trabajos diversos, todos ellos bajo el denominador común de la chapuza por sistema.

Para algunos, esta serie cómica es un claro reflejo de algunas situaciones de la vida real en las que debido a la baja cualificación profesional de los que la protagonizan, los resultados son lamentables.

Entre los ciudadanos no podemos menos que reconocer que chapuceros haberlos los hay en todas las profesiones. Es consustancial a la propia condición humana y en la mayoría de los casos, debido a múltiples circunstancias en las que no voy a entrar, se les debe de eximir de responsabilidad mas allá de la chapuza cometida. El que les contrate que apechugue.

En política, la situación es radicalmente distinta.

Las consecuencias de las malas prácticas de nuestros representantes públicos son infinitamente más preocupantes, de consecuencias más drásticas para los ciudadanos y en definitiva con una repercusión social muchísimo más seria y de más calado.

Al protagonista de la serie televisiva se le perdona casi todo por dos razones fundamentales: la primera es porque carecen de mala intención y la segunda es que además nos hacen reír.

Cuando estas chapuzas las llevan a cabo los políticos, ni tienen buena intención y mucho menos nos hacen gracia.

El Cabildo Insular de Lanzarote va a rodar tres capítulos en la versión conejera de esta exitosa serie. Con una gran diferencia, que una es cómica y la otra un drama.

El primero de los capítulos versa sobre un monopolio hidrológico. Ya se ha escrito mucha parte del guión, aunque lo gordo esta por redactarse.

En la última entrega de este capítulo, el Presidente del Cabildo decide, por su cuenta y riesgo, considerar que todos los conejeros son poco menos que analfabetos, incapaces de pensar por si mismos y a los que con un caramelo se les convence de lo inexplicable.

Después de formalizar un contrato con una empresa de nueva creación para cederles la explotación de todo lo relacionado con la producción y suministro del agua de Lanzarote y ante las presiones llevadas a cabo por diversos sectores de la población que consideran que hay algo que no cuadra en el guión que han presentado, decide que la mejor forma de acallar las críticas, mal intencionadas según su criterio, es hacer público el contrato suscrito entre ambas partes y así acabar con las sospechas infundadas.

Esto estaría muy bien por su parte si no fuera porque sigue pensando que “el Luisma es tonto”

Por un lado hace público un contrato modificado, ya que ha tenido la feliz idea de borrar del mismo la firma de la parte que se hace cargo de dicho contrato. A la vista de esto y puesto que la firma de la empresa a la que se le adjudica esta explotación no aparece, podemos pensar que este no es el contrato real y que es solo un borrador.

Y por otra y esto es lo más serio, omite publicar la parte del contrato que afecta directamente a los consumidores del agua en la Isla, es decir, lo que nos afecta a todos y cada uno de los residentes en Lanzarote: las condiciones en las que se van a tratar temas como las tarifas, el personal, las inversiones que se obligan a llevar a cabo, etc. Nada, aspectos que para el Presidente carecen de la más minima importancia.

En la documentación que no se aporta a la luz pública está la madre del cordero de esta operación económica y financiera. En los anexos al contrato publicado está la verdadera razón de la cesión a la empresa adjudicataria de toda la gestión integral del ciclo del agua de Lanzarote.

Si esto es así, que creo que si, ¿Por qué el Presidente del Cabildo publica la parte que menos nos interesa y omite intencionadamente la que de verdad tiene repercusión sobre los ciudadanos? El sabrá el porqué, pero muchos nos lo imaginamos. Pensará que con lo que ha hecho iba a acallar las voces de los críticos y, una vez más y ya van muchas, se equivoco de lleno.

Pero la chapuza no queda en estos dos aspectos relatados.

De lo publicado y a la espera de más aclaraciones, una vez analizado el contenido del mismo y sabiendo lo que ha pasado después con la reunión entre el Consorcio Insular y La Concursal, nos damos cuenta de un pequeño detalle: Faltan catorce millones de euros.

Se lo explico brevemente. La deuda inicial que se tenía que hacer cargo la nueva empresa era de cincuenta millones de euros, euro arriba euro abajo. Ante el Juez de lo Mercantil se llegó a un acuerdo por el que a dicha deuda se le hacía una quita y esta quedaba en treinta y seis millones. Es decir, los acreedores dejaban de ingresar esos catorce millones para poder cobrar el resto.

Si la empresa adjudicataria tiene que hacerse cargo de esa nueva cantidad y en el contrato se estipula que lo que paga son los cincuenta millones, ¿Qué pasa con los millones deducidos? ¿Los cobra el Consorcio Insular de Agua? ¿A que los va a destinar? De esto el Presidente no ha dicho ni Pamplona.

He oído que Inalsa, además de la deuda reconocida y por la que entró en concurso de acreedores, tiene otra deuda de catorce millones de euros con la empresa FENOSA.

Sumando estas cantidades, la deuda que los fantásticos gestores que han pasado por Inalsa han dejado, ascendería a sesenta y cuatro millones de euros, aproximadamente.

¿Han escuchado al Presidente del Cabildo dar explicaciones creíbles sobre este asunto? Creo que no las ha dado.

Lo mas grave de este capítulo de nuestra particular Manos a la Obra es que tanto Coalición Canaria como el PSOE siguen pensando que todo vale. Si no quieren que el ciudadano piense mal, que ya es difícil no hacerlo con la que esta cayendo, dejen de hacer chapuzas con los intereses generales. Si todo esta bien, que me lo demuestren desde el principio y no den pie a que pensemos lo que nos es.

Me gustaría acabar este capítulo de la serie con el consabido THE END pero me temo que tendremos que volver, más pronto que tarde, a escribir otro guión que amplíe el que ya se ha escrito sobre el mismo.

Y si yo no estoy equivocado en todo esto, ¿donde esta la oposición política de la Isla para denunciarlo sin mas demora?

Y para no cargarles, los otros dos capítulos en los que el Cabildo es el protagonista, los dejaré para la semana que viene, solo les adelantaré que uno es sobre la fantástica y rentabilísima SPEL o Sociedad de Promoción Exterior y el otro es sobre la EPEL, la empresa que gestiona los centros de Arte Cultura y Turismo de Lanzarote. En estos capítulos los dirigentes del Cabildo y sus carísimos asesores vuelven a poner de manifiesto que son los reyes de la chapuza isleña.

El Cabildo, protagonista de "Manos a la obra"
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