viernes. 29.03.2024

Por Andrés Chaves

1.- Antes de nada, manifestar mi vergüenza más tremebunda por ser madridista. Después de romper mi carné de socio, felicitar al Alcorcón por los cuatro batatazos que le endilgó al Irreal Madrid. Y, ya finalmente, una sugerencia al equipo ganador: que venda millones de sus camisetas en Cataluña, porque el nombre del club y del pueblo será, en adelante, algo parecido a cuando uno nombra a Don Juan de Austria en Bélgica, por ejemplo. En la Grand Place de Bruselas existen placas que hablan del déspota español y de su afición a ahorcar a los antepasados de los belgas. Pronto, en el estadio del Alcorcón, proliferarán las inscripciones de que el mejor club del siglo XX escribió sobre aquel césped la crónica de su mayor tragedia. Y el presidente era Florentino Pérez ; y el responsable deportivo, un tal Valdano . Y el entrenador, aquel chileno de pocas palabras al que todo el mundo llamaba Pellegrini . Que ni chiquito trío para darles una guitarra, una pandereta y un requinto. Respectivamente.

2.- En todos los campos de España comenzarán a verse camisetas del Alcorcón; el pueblo, un pueblo pequeño y tranquilo, se convertirá en destino turístico para miles de personas procedentes de todos los países. Porque la noticia de la goleada ha dado la vuelta al mundo y porque este Irreal Madrid será incapaz de remontar el resultado en el Bernabeu. Este equipo lo que tiene que hacer es remontarse a sí mismo, o ser liquidado, con finiquito y todo, o cambiar de mentalidad. Porque, al fin y al cabo, lesionadas sus figuras de porcelana, el Madrid está jugando con los mismos del año pasado y tan mal como el año pasado. Así que mejor será que se resigne a su papel de segundón ante un Barsa imparable. Y ante un Alcorcón que tiene 250 veces menos presupuesto que el Floren Team. Manda huevos.

3.- Se demuestra también que once figuras no hacen un equipo de fútbol. Los modestos también ganan y esta derrota y esta victoria dejan claro que el fútbol ha tocado fondo y que no todo se compra y se vende y que los débiles pueden ganar a los fuertes y que la lógica del fútbol, a la que tantas veces he aludido, no existe, o al menos no existe del todo. Alcorcón, pueblo y equipo, entró el martes en la historia, con todos los honores. Y acabó con el orgullo merengón y con la lluvia de millones de don Florentino. ¡Si don Santiago Bernabeu levantara la cabeza! Hasta a Valdano le salieron los colores, y mira que los argentinos no se sonrojan por casi nada. Ya esto no lo arregla nadie, ni ganando la Champions, ni echando a Pellegrini, ni jubilando a Raúl , ni volviéndose a marchar Florentino, como siempre hace cuando ve la cosa mal. El Madrid parece una caricatura de Mesita , un residuo de historia, un club de mercenarios, un pelotón de torpes, un equipo sin dignidad. Por lo tanto, renuncio formalmente a mi madridismo y abrazo el alcorconismo sin necesidad ninguna.

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El Alcorcón
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