Con la llegada de las vacaciones de verano, el Ministerio de Sanidad y Consumo lanza una campaña para concienciar a los jóvenes del peligro de consumir o traficar con drogas en otros países. En la actualidad, 1.871 españoles permanecen detenidos en cárceles extranjeras y de ellos el 77% lo está por delitos con estas sustancias.
"Muchos de nuestros jóvenes desconocen que en la mayor parte de los países el consumo de drogas en la vía pública o en locales de ocio está penado", ha afirmado Carmen Moya, delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas durante la presentación de la campaña 2008 del Ministerio de Sanidad y Consumo y de la Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo.
"Queremos concienciar de los riesgos de acercarse a las drogas en el extranjero", ha asegurado. El objetivo de la campaña es acabar con el falso mito de que hay países muy tolerantes hacia el consumo de drogas y de que se puede ganar dinero fácil traficando a pequeña escala en otros países. Hay dos tipos de riesgos, "igual de peligrosos, aunque de consecuencias bien distintas. Por un lado, los riesgos para la salud derivados de su consumo. Y por otro, el de acabar en la cárcel cuando se trafica con drogas a pequeña escala o se consumen en público en el extranjero", ha explicado la delegada.
Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, a 1 de junio, 1.871 españoles estaban detenidos en 47 países extranjeros. De ellos, el 77% (1.442 personas) lo están por delitos relacionados con el tráfico de drogas a pequeña escala y/o por consumo.
Los países con más españoles detenidos por drogas son Marruecos (181), Perú (152), Portugal (102), Francia (100), Argentina (100), Italia (92) y Brasil (85). Los datos muestran que en Europa está un 30% de total de los ciudadanos de España.
La Fundación Ramón Rubial-Españoles en el Mundo ha constatado en los últimos años un aumento del número de jóvenes entre las personas que se dedican al transporte de droga.
"Se trata de chicos con un entorno familiar sano y estable y sin antecedentes penales. Las mafias los utilizan por la facilidad para pasar desapercibidos en viajes de turismo, que se los presentan como unas pequeñas vacaciones a gastos pagados, y por los que les prometen un dinero rápido y aparentemente fácil", ha explicado Eduardo Gómez-Basterra, presidente de esta fundación.
